domingo, 26 de octubre de 2008

Comprendiendo mejor el amor por los animales



Adolf Hitler prohibió todos los experimentos con animales. ¡Gracias a Dios la dictatorial era de protección animal ha terminado!
Adolf Hitler, el dictador, prohibió los experimentos con animales y sancionó la tortura en los laboratorios como un crimen grave. En contraste con su brutalidad nosotros alabamos a nuestra maravillosa moderna democracia y a nuestros democráticos líderes que legalmente sancionan el consentimiento de nuestros animales como objetos experimentales en pruebas de laboratorio. El Pueblo Elegido de Dios tiene una relación muy especial con los animales. Ellos ritualmente sacrifican estas criaturas indefensas con el santo propósito de consumo (carne kosher) y ofrendas a Dios: "Esto es lo que te ofrecemos regularmente en el altar cada día: dos corderos de un año". (Éxodo 29:38). Matanza ritual judía para consumir carne "kosher" y "ofrendas a Dios"
La matanza ritual de animales es una costumbre muy especial y afectuosa en la vida judía. Ellos cortan la garganta de los animales completamente para enloquecer al animal para que la sangre en la agonía se bombee fuera del cuerpo de las criaturas. Dependiendo de las especies la divina muerte puede llevar hasta cuatro horas. En cada operación una fuente de chorros de sangre brota de la garganta del "cordero sacrificado". Los animales enloquecen durante este calvario.
Por alguna razón extraña, nosotros los no-judíos somos comparados a perros por los píos judíos: "Así un judío ortodoxo aprende en su juventud más temprana, como parte de sus sagrados estudios, que los gentiles son comparados a los perros". (Israel Shahak, Historia judía, la Religión judía, Pluto Press, Londres 1994, Seite 94, ISBN 0 7453 0818 X).
Nosotros normalmente no objetaríamos nada a esta comparación. ¡Más bien todo lo contrario! Que bonito cumplido compararnos a una criatura de Dios tan pura como un perro. Sí, nuestra alma aria se parece muchísimo a la naturaleza fiel de un perro. Nosotros somos comparativamente francos y serviciales.
Un perro nota la diferencia entre un cariñoso y un despiadado amo. Pero él no puede distinguir entre un dueño moralmente bueno y uno malo. La pura alma de un perro no puede reconocer si su amo es un pícaro o un buen cristiano. Nosotros arios, agradecidamente, estamos similarmente estructurados. Nosotros también somos, más o menos, fieles a nuestros líderes-amos. Los alemanes por ejemplo siguieron a su emperador y Adolf Hitler fielmente a través del fuego y el agua.
Hoy día ellos siguen a cancilleres como Kohl y Schröder y los americanos también obedecen a su amo Clinton.
Sin embargo, parece que nosotros hemos puesto gradualmente nuestra pura "alma canina" durante las recientes décadas en un cenagal. Al contrario de un perro que muerde si se le importuna y se le golpea lo suficiente por un cruel amo vicioso, nosotros obedecemos la dirección judía a pesar de los abusos diarios e insultos, que llueven sobre nosotros. Nosotros no solo no les hemos "mordido" sino que incluso ni les hemos "ladrado".
Visto de esta perspectiva, el Halacha de los verdaderos judíos insulta a los perros cuando ellos los comparan hoy con nosotros. Para mantener el honor de ser comparado con la pura alma de un perro nosotros debemos dejar de lamer el albañal que se vierte encima de nuestras cabezas mientras pretenden que es crema dulce. Nosotros debemos aprender una vez más a "ladrar" y, si necesario, a "morder". Sólo entonces los extremistas judíos talmúdicos tendrán el derecho para compararnos con perros.
Para entender por qué es un cumplido para un ser humano el ser comparado con un perro, o en orden a reconocer el símil entre la leal alma aria y la leal y generosa alma de un perro, queremos que los visitantes de nuestra website lean el discurso del Senador Vest en defensa de un perro. Sucedió en un pequeño pueblo en América, donde iban a matar a un perro porque molestaba a los vecinos ladrando. Una audiencia judicial fue dispuesta para decidir el destino de la criatura. El Senador Vest se puso al lado de los caninos. Lea el discurso del Senador para la defensa de sus pobres cuatro amigo de patas:
Tributo a un perro por el Senador Vest
"Caballeros del jurado: El mejor amigo que un hombre tiene en el mundo puede volverse contra él y convertirse en su enemigo.
Su hijo o hija que él ha criado con cuidado amoroso pueden mostrarse ingratos.
Aquéllos que están más cercanos y son más estimados por nosotros, aquéllos a quien nosotros confiamos nuestra felicidad y nuestro buen nombre pueden convertirse en traidores.
El dinero que un hombre posee lo puede perder. Vuela de él, quizás cuando más lo necesita.
La reputación de un hombre puede derrumbarse en un momento por una acción inconsiderada.
Las personas que están prestas a ponerse de rodillas para honrarnos cuando el éxito está con nosotros pueden ser los primeros en tirar la piedra con malicia cuando el fracaso se establece como una nube sobre nuestras cabezas.
El único amigo completamente altruista que el hombre puede tener en este mundo
egoísta, el único que nunca lo abandona, el que nunca se muestra ingrato o traicionero, es su perro.
El perro de un hombre está con él en la prosperidad y la pobreza, en la salud y en la enfermedad.
Dormirá en el frío suelo donde el soplo de los vientos y la nieve le agitan furiosamente, si sólo puede estar cerca de su amo.
Besará la mano que no tiene comida para ofrecer; lamerá las heridas y llagas que se producen con la aspereza del mundo.
Guarda el sueño de su amo tanto del pobre como si se trata de un príncipe.
Cuando las riquezas toman alas y caen las reputaciones a pedazos, él es tan constante en su amor como el sol en su jornada a través de los cielos.
Si la fortuna convierte al amo en un proscrito en el mundo, desvalido y sin casa ni hogar, el fiel perro no pide otro privilegio que el de acompañarlo, guardarle contra el peligro, luchar contra sus enemigos.
Y cuando viene el último acto, y la muerte toma al amo en su abrazo, y su cuerpo vuelve a la fría tierra, no importa si todos los otros amigos siguen su camino, allí sobre la tumba se encuentra el noble perro. La cabeza entre sus patas, sus ojos tristes, pero abiertos en vigilante alerta, fiel y leal, incluso en la muerte."
Después del conmovedor testimonio del Senador en defensa del perro acusado, pronunciado en voz baja, sin ningún gesto, el juez y jurado estaban limpiando sus ojos. El jurado pronunció el veredicto en favor del demandado y el perro fue liberado.
Estimados judíos, si usted desean compararnos con animales, con perros, por favor no lo duden. No nos importa con tal de que a nosotros no nos comparen con ustedes, "los elegidos".

Una vida de perro

1ª semana. Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Que alegría
haber llegado a este mundo!
1er mes. Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

2 meses. Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.

4 meses. He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mi son como "hermanitos". Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo les muerdo jugando.

5 meses. Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice "pipí" adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en la recamara. ¡Ya no me aguantaba!

8 meses. Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi solito y me doy vuelo escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden la comida. Nunca me educan. Ha de estar todo bien lo que hago.

12 meses. Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos deben de sentirse de mí.

13 meses. Qué mal me sentí hoy. Mi "hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover al rayo del sol.
Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

15 meses. Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo... mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cobije.

16 meses. Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó. Yo me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". No comprendo porqué cerraron la puerta y se fueron. "¡Oigan, esperen!" -ladré... se olvidan de mi. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detendrían: Me habían olvidado.

17 meses. He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero solo dicen "pobre perrito", se ha de haber perdido.

18 meses. El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras "a ver quién tenía mejor tino". Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.

19 meses. Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mi. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

20 meses. Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar a calle por donde pasan los coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado "cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeó con tal de centrarme.
Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a la ladera del camino. Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen:
"No te acerques". Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo
reaccionar. "Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir."
A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Sólo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en porqué tuve que nacer si nadie me quería.

La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo y quererlo.
No convierta en problema una grata compañía.

Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el
problema de los perros callejeros. Dale forward a este mail a cuantos puedas.
No te cuesta nada!!!!

martes, 14 de octubre de 2008

NO AL ABORTO SI AL VIDA.



GRACIAS A TODAS LAS MADRES QUE NO LO HICIERON.SUS HIJOS NUNCA LO OLVIDARAN.

sábado, 11 de octubre de 2008

MANIFIESTO A FAVOR DE LOS ANIMALES




por Jorge Mota


PROLOGO


Quiero exponer en esta obra algunos puntos que definan y teoricen en forma un poco extensa lo que es y representa el amor verdadero a los animales.

Debo, ante todo, decir que me considero discípulo de Ricardo Wagner quien, principalmente en los últimos años de su vida, comprendió de forma perfecta lo que representa el amor a los animales y esbozó, aunque no muy definidamente, unos principios que ahora amplío.

En su época la humanidad atravesaba problemas muy graves y había gran cantidad de gente viviendo miserablemente. Él luchó por la mejora de las condiciones sociales y por la implantación de una verdadera justicia social, pero, sin olvidar este aspecto, profundizó también en el amor a los animales. Si en su época hubiese dicho textualmente lo que ahora expongo yo en esta obra, hubiese sido tildado de excéntrico, como de hecho lo seré yo, pero estoy convencido de que dentro de cien o quizás mil años, la humanidad deberá seguir estos principios, incluso quizás más perfeccionados todavía.

Son muchas las obras, cartas, escritos, etc. de Wagner en los cuales se percibe su postura con respecto a los animales, pero fundamentalmente sus principales opiniones se contienen en sus escritos póstumos agrupados bajo el título de "Religión y Arte" y en una extensa carta abierta que fue publicada pasa combatir la extendida práctica de la vivisección. El texto de esta carta figura completa en el apéndice de esta obra, así como también incluimos por su extraordinaria belleza y profunda verdad, la obra de Mark Twain "Memorias de una perra" cuyo lenguaje poético es mil veces más elocuente que todas las páginas de este libro.

Creo importante difundir las ideas de Wagner por cuanto estoy convencido de que amando a los animales se ama también a los semejantes. No hemos de caer sin embargo en el error de convertir este amor a los animales en una especie de afeminamiento del hombre y en un pánico a la sangre. El evitar el derramamiento de sangre animal o humana debe ser para todos el mayor objetivo a alcanzar, pero no debemos olvidar tampoco que, como los Caballeros Templarios que prohibían el mal trato a los animales y predicaban el amor y la paz, sabiendo defenderse y luchar por sus principios, tampoco nosotros debemos dejarnos devorar por un animal o en sentido simbólico por los hombres a causa de nuestro sentimiento de amor a las especies inferiores y de nuestra sensibilidad ante el dolor ajeno.

Prediquemos el amor y la piedad, respetemos a los demás, pero no olvidemos que no nos debemos dejar avasallar y ser como nuevos cuáqueros víctimas de los que, sin pensar como nosotros, encuentran en el derramamiento de sangre placer y satisfacción. El amor y la piedad deben ir dirigidos en principio a toda la Humanidad y a todas las especies; si se nos insulta u ofende debemos ofrecer, como decía Cristo, la otra mejilla. Pero si nuestro enemigo la golpea también, tengamos presente que el Evangelio no sigue más allá. Hemos dado pruebas de buena voluntad, pero si nuestros enemigos persisten en su postura, debemos defender nuestros principios enérgicamente. Wagner cita el caso de un laboratorio de vivisección que fue asaltado por unos amantes de los animales y apaleado el guardián que los custodiaba. Esta violencia puede parecer un contrasentido con los objetivos perseguidos, pero no lo es para el que ama a los animales. Bien está pedir primero, exigir después y conseguir al fin por los medios que sea. Si el objetivo final es bueno, como en nuestro caso, no nos pueden impedir alcanzarlo ni los formalismos ni siquiera las leyes, pues si la Ley no sabe respetar y proteger a criaturas vivientes que dan color y alegría a nuestra vida, es una ley incompleta que no merece ser respetada en este punto.

El mayor peligro que puede hallarse entre los que simpaticen con las ideas que ahora expongo, es que se crean simples propagadores de teorías. En la medida de lo posible hemos de luchar por nuestras ideas para evitar convertirnos en ridículos teóricos iluminados de teorías inútiles e impracticables.

Lógico sería que el amor a los animales fuese algo espontáneo por naturaleza, amor hacia seres vivos creados por Dios para acompañarnos en este mundo. Frecuentemente un animal hace más compañía que algunas personas. Nunca piden nada a cambio de su entrega y son fieles hasta dejarse matar por sus amos. Se dan cuenta de los estados de ánimo de los que les rodean y están contentos cuando su amos lo están y tristes cuando los ven tristes. Lo único que sorprende es que todavía exista crueldad para con esos fieles hermanos inferiores o incluso que se pueda permanecer ajeno a ellos con la clásica frase de "yo no les hago nada malo a los animales", comentario que debería ser comparado a aquel que Jerome K. Jerome incluye en una de sus obras cuando un hombre al llegar al cielo dice: "No he hecho nada malo en la tierra", a lo cual le responden los ángeles:" ¿Y qué has hecho bueno?", condenándolo por su negligencia.

Sé que defiendo aquí algunos postulados de imposible realización. Considero que mi misión ahora es la de teorizar. El objetivo final es el que expongo, pero para recorrerlo hay que subir peldaño a peldaño. Ya sé que cuanto aquí digo es un sueño, pero todo lo que la humanidad ha. hecho a lo largo de su historia ha sido soñado primero por idealistas entregados a todo.

Sé también que hay mil problemas más importantes para solucionar antes que éste. Sé que miles de personas padecen hambre, pero sé también que no puede olvidarse un aspecto de la vida por defender otro. Existen cartas de derechos humanos en las Naciones Unidas, asociaciones internacionales para el socorro de los pobres, cien distintas Iglesias ocupadas en proteger contra la miseria al hombre, pero ni la ONU ni las Iglesias se preocupan de los hermanos inferiores. Ni tan siquiera los Franciscanos, que deberían ser herederos de aquella alma sensible que sabía hablar con los pájaros, se dedican a la protección de los desamparados y fieles animales, por eso yo quiero ocuparme de ello. Por otra lado, fútbol, toros, grandes espectáculos, ostentación... se hallan en vigencia y son apoyados por casi toda la Humanidad pese a que sigue habiendo gente que padece hambre.

El amor a los animales es el más idealista de los sentimientos y en nuestro mundo materialista la propagación de un principio idealista, aunque sea por el momento de imposible realización debido a otros problemas más urgentes, es siempre necesario y beneficioso.



EL DESEQUILIBRIO ECOLOGICO NATURAL



En otros capítulos de este trabajo incluiremos al final la serie de, tópicos más característicos con los cuales los enemigos de las ideas que aquí expongo intentan dar al traste con nuestros razonamientos. Ahora, al tratar del equilibrio ecológico y de las leyes inflexibles de la naturaleza, debe empezarse por los tópicos, pues mientras en otros aspectos estos son esgrimidos por los que nada sienten por los animales, en el presente caso son también los amantes de ellos los que los utilizan

Me parece inconcebible que personas que se conmueven por el dolor de cualquier animal, presencien inmutables las escenas filmadas o fotografiadas y cada vez difundidas con mayor profusión que nos presentan a un animal devorando a otro. Me parece insólito que estas personas se preocupen de un pájaro que ha caído de su nido y lo recojan a fin de que no se lo coma algún gato y sin embargo encuentran lógico y natural que infinidad de animales mueran día a día, sin que nadie se preocupe de su profundo drama en este mundo.

El decir que la naturaleza impone su ley inflexible, según la cual unos animales se alimentan a base de otros, y que esto constituye una cadena indestructible es un absurdo sin precedentes. No hay ninguna ley que diga que un animal tenga como destino el servir de alimento a otro. También es falso por otro lado que los animales se alimenten unos de otros. Los animales carnívoros se alimentan normalmente de los que no lo son y, aún en el caso de ser carnívoros ambos, jamás se hallan en igualdad de condiciones.

No puede hablarse en la naturaleza de la ley del más fuerte, sino de la del más sanguinario. Los elefantes son los más fuertes de todos los animales y no matan para comer. La ley del más fuerte puede aplicarse entre los iguales, pero nunca entre especies distintas, con constituciones diferentes. No puedo aceptar como justo y comprensible que el destino del gamo en este mundo sea el de correr para evitar ser devorado por un animal sanguinario. Muy distinto sería si los leones o los tigres se comieran entre sí o tuviesen como alimento a miembros de otras especies tan fuertes como ellos. Si en el diario quehacer para alcanzar la comida dos especies de animales distintas, pero de similares características, luchasen encarnizadamente venciendo unas veces unos y otras otros, podría admitirse el principio de la ley del más fuerte, pero en este caso no se puede hablar de ello. Los animales sanguinarios buscan para su alimentación a aquellos que no pueden oponerles resistencia, que simplemente pueden huir, correr, para salvar su vida y la de sus hijos, y creo que esto es una injusticia de la naturaleza que el hombre puede y debe corregir siempre que en su mano esté.

No venirnos a este mundo a sufrir, sino a luchar. Justamente en esa lucha constante encontramos el sufrimiento, pero precisamente luchamos para no sufrir. El sufrimiento no es el objetivo de nuestro mundo y por ello el más humilde de los santos, el que más pobremente vivió y que no temía al sufrimiento, San Francisco de Asís, retiró los cilicios con los cuales algunos religiosos se automartirizaban. No, sufrimos, pero esa no es la finalidad del mundo. Dios ha puesto en el mundo fuerzas del bien y del mal en constante enfrentamiento, y nosotros podemos con nuestros conocimientos y superior inteligencia convertir la tierra en un paraíso o en un infierno. Venimos al mundo a luchar por nosotros, por nuestras familias, por nuestra raza, y lo verdaderamente meritorio es que en esa lucha por lo que es nuestro, no nos aprovechemos de los demás o seamos injustos con ellos llevados por el egoísmo. Es justamente ahí donde se relacionan nuestros intereses con los de los demás, donde empiezan los verdaderos problemas morales que distinguen el hombre noble del taimado. La misión del hombre no es la de aceptar el mundo en su estado primitivo y dedicarse a ser un animal más. Tenemos en la tierra fuerzas del bien y del mal y debemos luchar contra las segundas, debemos utilizar nuestro libre albedrío para hacer este mundo siempre mejor hasta que llegue un día en que al ser un paraíso ya no sea necesaria su existencia. El hombre, ser supremo de la creación, tiene la sagrada obligación de perfeccionar la naturaleza y proteger a todos los seres vivientes que en ella habitan. Este sagrado deber corresponde exclusivamente al hombre y debe ser consciente de él.

Cuando vemos que los hombres perforan montañas, desecan lagunas, cogen territorios al mar, fertilizan desiertos, allanan montañas, encauzan ríos, construyen lagos, etc., imponiendo su voluntad inflexible a la naturaleza, nos parece inaudito que se nos tilde de exagerados si decimos que también en las especies animales debe intervenir el hombre como ser superior al hacer la naturaleza mejor en su conjunto.

Los volcanes son bellos, y también es hermosa la vista de un huracán sobre un paisaje tropical, pero el hombre busca día a día, muy juiciosamente, la forma de librarse de estos peligros de la naturaleza ya que su belleza no compensa el daño que producen. Se libra también el hombre de infinidad de animales dañinos y sin embargo se considera injusto que libre a otras especies de animales todavía más dañinos. El hombre interviene a cada momento en la naturaleza y en sus leyes, pero sin embargo se quiere que no actúe así cuando los intereses no le afectan directamente a él. Algún día, quizás, el hombre conseguirá acabar con los huracanes, ciclones y tifones y nadie lo lamentará, aunque sean fenómenos de la naturaleza. Pero si acabase con los tigres, todo el mundo pondría su grito en el cielo. ¿Y las vidas de animales inocentes que significaría salvar con ello? No creo que el haber exterminado las ratas de las ciudades sea de lamentar y tampoco creo que sea de lamentar la desaparición de determinadas especies de animales.

Yo simplemente querría saber si un tigre ante la falta de alimentación cárnea, sería capaz de alimentarse con productos de la tierra o, de no ser ello posible, si enfrentado con los de su especie, se alimentaría con ellos. Esto podría intentarse o cuanto menos sería preciso limitar el número de animales sanguinarios hasta el mínimo posible.

Algunos se horrorizarán de estas palabras, hablarán del desequilibrio ecológico, pero creo que ese desequilibrio es en muchos aspectos una falsedad. El hombre, durante cientos de años, ha pescado cientos de miles de millones de peces sin que los mares se vacíen de sus especies o sólo se vean afectadas unas pocas. La naturaleza sabe adaptarse a las nuevas situaciones y el que en Africa aumentase el número de gamos y gacelas no lo veo como nada lamentable.

Quizás se nos diga que los animales como gamos y gacelas perderían su velocidad al no ser atacados por los leones, pero no creo que ello sea especialmente lamentable, y por otra parte no creo que fuese apreciable. Las gacelas no son animales rápidos por el hecho de ser perseguidos, sino por su constitución física. Si aceptásemos que la naturaleza las dota de velocidad para escapar del león, correrían muchísimo más y no sería posible para ningún león alcanzarlas. Las gacelas, gamos, etc. póngase lo que interese seguirán siendo como son, con o sin animales que se las coman o, en todo caso, las pocas características que pudiesen perderse compensan el hecho de que no sirvan exclusivamente para alimento de los sanguinarios.

Naturalmente, los argumentos de los opositores a lo que he expuesto continuarían, diciendo que entonces habría demasiadas gacelas y se acabaría el alimento para ellas hasta fallecer por inanición. Yo, particularmente no lo creo, pues si bien hay casos en los que puede ofrecerse un ejemplo real al respecto, hay otros en los cuales la naturaleza ha limitado la natalidad para buscar el equilibrio, pero aún admitiendo esta posibilidad de falta de alimentos, no se modificaría sustancialmente nada de lo dicho. El hombre tiene en sus manos infinidad de recursos para compensar esos para mí muy poco probables desequilibrios. Puede esterilizar a algunos centenares de animales, procurar que los alimentos para cada uno de ellos puedan aumentar, logrando las condiciones idóneas por medio de abonos o replantación, o puede incluso llegar a matar, pero siempre en forma más humana que un tigre u otro animal sanguinario.

También debe ser considerada una solemne estupidez la afirmación de que en esta lucha por la vida mueren los animales más débiles fortaleciéndose y mejorándose constantemente la especie. En primer lugar, a los que tal dicen les tiene sin cuidado el mejoramiento de su propia especie humana, pero además no puede ser admitida esta afirmación como válida, ni mucho menos. Un animal que se lastima una pata, o que padece una indigestión debido a la última comida realizada, o que se halla agotado después de algunos juegos o peleas con los de su especie o después de su última carrera por salvar la vida, o el que ha rebasado ya la edad considerada como juventud, o incluso un animal que corre algo menos que los demás por la simple razón de que siempre ha de haber un último, no significa que sea un animal inferior cuya eliminación supone un bien para la naturaleza. Para no hablar de las crías o animales muy jóvenes que constituyen bocado de primera calidad y de los cuales no se puede saber hasta que sean mayores si serán o no los más veloces. ¡Sorprende que el famoso equilibrio ecológico o los no menos famosos depredadores no tengan en cuenta estos detalles a la hora de escoger sus víctimas!

Los verdaderos animales nacidos enfermos o muy débiles fallecerían igual en un bosque o en una selva, sin necesidad de servir de alimento a nadie. Simplemente fallecerían ante la imposibilidad de procurarse su propio sustento. Si imaginarnos a nuestra humanidad enfrentada a otra de proporciones mucho mayores y con una fortaleza muy superior, cuya alimentación básica fuésemos nosotros, veremos fácilmente la falsedad de lo afirmado con respecto a las gacelas. Si en esta humanidad en que vivimos, los que corriesen menos hubiesen sido devorados, tendríamos como máximos exponentes de nuestra cultura a los jugadores de fútbol y otros deportistas y casi no quedaría ni habría existido un solo artista o personalidad genial.

Y que no se diga que todo esto es demagógico, pues los que queremos y conocemos a los animales sabemos que los caracteres son distintos y que unos son más simpáticos, otros más alegres y otros más inteligentes y si bien no podemos pretender que nazcan artistas entre las gacelas, sí podemos asegurar que ser la más rápida no significa ser la más buena o inteligente y que también entre los animales existen otras características además de las puramente físicas.

Si continuamos imaginando esa especie superior a nosotros a la que servimos de alimento, no podemos por menos que entristecernos del espectáculo que ofrecen tigres y leones y mil otras especies. A mí, y creo sinceramente que a todo el mundo le ocurrirá lo mismo, me indignaría muchísimo servir de alimento a unos seres superiores y tener como único recurso la huída. La situación no es sólo peligrosa sino humillante.

A mí me agradan los tigres y leones, a diferencia de otras especies, como serpientes, arañas, etc., cuya desaparición de la tierra al margen de los posibles beneficios de su existencia que ignoro y no me importan demasiado me dejaría indiferente. Los leones y tigres y otros animales sanguinarios me agradan, pero no lo suficiente como para garantizarles la existencia a costa de otros animales que nada pueden hacer para oponérseles. Las prostitutas acostumbran a ser mujeres bellas, pero no por ello deben tolerarse. Si leones, tigres y demás especies no están dispuestas a alimentarse sin recurrir a otros animales indefensos o por lo menos a buscar su alimentación cárnea entre especies tanto o más fuertes que ellos, entonces su desaparición no me preocuparía demasiado. Yo admiro y amo a la naturaleza en forma profunda, pero no soy de los que se preocupan en mantener vivas en el mundo 36.418 distintas especies por el hecho de que existen. Me agradan los árboles y las flores, pero si alguno de éstos o alguna de aquéllas fuesen perjudiciales para animales o personas, su desaparición no me causaría ningún dolor.

El lograr una humanidad y una naturaleza perfecta, de la cual desaparezca el afán de sangre y asesinatos, será difícil, pero yo aquí no pretendo hallar una solución al problema sino simplemente exponerlo. El camino a recorrer puede ser difícil, ¡imposible! en la superficie de la tierra cabría intentar algo pero en las profundidades del mar la imposibilidad es manifiesta , pero no podemos negarnos a reconocer una serie de injusticias en la naturaleza que deben ser corregidas si ello es posible.

Naturalmente, hoy por hoy sigue siendo el hombre el animal que para su alimentación comete un mayor número de muertes sanguinarias entre animales incapaces de defenderse y que ni siquiera tienen la posibilidad de huir o de salvarse, aunque sea en parte. Nacen con el destino fijado de su muerte y por ello es casi absurdo pretender librar a las gacelas de sus sanguinarios enemigos mientras las ovejas no se puedan ver libres de los hombres. Pero el problema esta ahí, existe y no podemos soslayarlo con la demagógica afirmación de que es ley de vida o inexorable principio de la naturaleza.

Todo esto parecerá a muchos una sarta de estupideces inconcebibles. Quiero dejar claro que no estoy pretendiendo que la Humanidad se preocupe de este problema abandonando otros. Lo que sí considero indispensable es que en aquellos casos en que sea factible, se tenga en cuenta el problema. No quiero, tampoco, limitarlo todo a gamos, ciervos y gacelas los animales que más me gustan y leones y tigres. Sé que hay infinidad de otros animales cuyos problemas son distintos. Lo que debe hacerse es estudiar cada caso y procurar encontrar una solución. Posiblemente algunos animales repugnantes o sanguinarios sean beneficiosos para el mundo por su labor destructora de insectos o algo similar. En ese caso no deben eliminarse ni tender a su progresiva desaparición, pero en muchos casos nadie notaría su desaparición y en otros, lo que esos animales hagan en beneficio de la naturaleza puede ser inferior a su perjuicio, traducido en sufrimientos de otros animales, en cuyo caso el hombre debería procurar, con sus siempre inagotables recursos, sustituir a ese animal y compensar su función en beneficio de la naturaleza por otros medios.

También hemos de aceptar que dentro de los animales hay unas escalas perfectamente claras que no permiten considerarlos a todos por igual. Vale aquí lo que menciono luego en el capítulo del vegetarianismo en el sentido de que deben haber animales que merezcan más nuestro aprecio, por ser más bellos, más inteligentes o simplemente más simpáticos y para encontrar una solución al problema que aquí tratamos debe empezarse por los inferiores para respetar a los que se hallan en la cima de la escala de valores.

Sé que este capítulo será el más difícil de la presente obra, y lo sé porque también a mí me ha sido el más difícil de descubrir y aceptar como lo expongo. Los argumentos que pueden aducir mis opositores son infinitos, pero también pueden ser infinitas mis razones. Quiero pues limitar este problema o sintetizarlo en muy pocas palabras. Yo preguntaría a los que me lean si ellos, de poderse hallar ante la posibilidad de una nueva creación del mundo, no lo preferirían sin animales sanguinarios y pedirían a Dios que no crease tales animales. El que hubiese preferido un mundo sin animales sanguinarios, tarde o temprano comprenderá, aceptará y defenderá las ideas aquí contenidas.

Dios ha creado un mundo a la vez bello y horrible, encontrarnos en él animales sanguinarios, enfermedades, catástrofes de la naturaleza, corrupción física y moral. El hombre debe luchar contra todo esto, por todos los medios y no puede ignorar aunque de momento sea simple teoría el grave problema aquí planteado.. No es admisible que ese mismo hombre que ha exterminado a cientos de tigres que hacían peligrar aldeas o ciudades, no quiera combatirlos cuando la víctima es un ser sin ninguna posibilidad de hacer frente a dicho animal. Los tigres no son ciertamente culpables de su naturaleza. Su alimentación es la carne y para ellos es buena la del hombre o la de la gacela. Los hombres combaten al tigre cuando les perjudica directamente a ellos, pero pensemos que la misión del hombre ha de ir más allá, protegiendo a todos los seres vivos de la tierra sin ningún interés egoísta.

Si preguntamos a cualquier persona cuál sería su comportamiento si viese, teniendo un fusil, a un tigre a punto de saltar sobre un hombre, la mayoría nos responderán que dispararían sobre el tigre. ¿Por qué? Según la tan cacareada ley de la naturaleza es lógico que el tigre se alimente a base de hombres. Nadie ha dicho o por lo menos la naturaleza no lo ha dicho que la carne preferida del tigre tenga que ser la de un animal. Antes al contrario, dado que el hombre corre menos que un gamo, un mono o una gacela, lo lógico es que el tigre o cualquier otro animal similar coma hombres. Y sin embargo a nadie se le ocurrirá, ni por un momento, permitir que el tigre se alimente con la carne de aquel hombre que distraído o desarmado es fácil presa de un tigre. Claro que se me responderá que se trata de un hombre, pero sin embargo, y los amantes de los animales tienen que comprenderme, aunque reconozcamos sin lugar a dudas que un ser humano es antes que un animal pese a que algunos seres humanos podrían situarse después sin problema alguno , una vez no tenemos planteado el problema con el ser humano, es lógico que también disparásemos si viésemos a un animal próximo a morir entre los dientes de un animal sanguinario. Un animal no es ciertamente un ser humano, pero posee cierta humanidad y nos merece el suficiente aprecio como para salvarle la vida si está en nuestras manos hacerlo. Por lo menos ésta es la forma de pensar y actuar de toda persona que, como yo consideramos al hombre superior al animal pero entre éste y aquél no vemos una enorme distancia sino en ocasiones cuestiones de matiz. Pues la nobleza, sinceridad, fidelidad, orgullo... de los animales son en ocasiones superiores a los de los hombres.

Puedo asegurar además que todos los amantes de los animales reaccionarían disparando, aunque en teoría pretendan otra cosa. Si en la práctica mantuviesen su actitud pasiva, sería claro signo de que no aman a los animales. No creo que nadie pueda asistir impasible al espectáculo triste y sanguinario de una cría de gacela despedazada entre los dientes de un "depredador". Y en la práctica nadie se resiste. Veamos pues sino por ejemplo las reiteradas muestras que nos dan personas como Cousteau en las series de películas que se han ofrecido de sus expediciones en las cuales, y pese a ser científicos experimentados acostumbrados a estos dramas de la naturaleza, no se resisten, por ejemplo, a contemplar impasibles la muerte de todas las tortugas que nacen de día y que son presa fácil de aves que esperan su banquete impasibles sin dar una posibilidad de sobrevivir a la víctima, salvando a unas pocas lo cual no modificará esta injusticia de la naturaleza, pero descargará la conciencia de los que contemplan este profundo drama de la vida. Igualmente al salvar a una ballena ya medio muerta por los picotazos de aves distintas actúan contra la naturaleza, pero actúan como hombres, dotados de una sensibilidad mayor a la de los animales y de la virtud por excelencia: la piedad.

El instinto del hombre es salvar al inocente que está indefenso en manos de un enemigo superior contra el que nada puede hacer. Sea hombre o animal el hombre blanco no puede aceptar el espectáculo triste de tantas muertes sin intentar remediarlo si está en su mano. El que se nos diga que nosotros no lograríamos nunca nuestro objetivo y que una reorganización del mundo sin desequilibrios seria imposible, no modifica el hecho. Repito que esto es absolutamente secundario. Si no podemos solucionarlo cuanto menos debemos intentarlo, sino en términos absolutos, en el ámbito de nuestra influencia, a nivel individual, de pueblo, ciudad, nación o continente. Lo que resulta absolutamente inaceptable es que constatando que nada podemos hacer nos crucemos de hombros y contemplemos impasibles dramas de la naturaleza filmados por presuntos amantes de los animales Walt Disney el que más ha hecho por los animales, jamás ofreció muertes entre ellos en sus películas que, buscando lo sensacionalista y escabroso lo ofrecen a millones de espectadores en todo el mundo. Esta forma de comportarse sólo podría aceptarse a los que, percatándose de que nada pueden hacer para evitar la muerte de sus semejantes, contemplen impasibles igualmente el fallecimiento de personas queridas, para todos los que se conmueven con la muerte de sus seres queridos, es lógicamente obligado que se conmuevan también por las muertes de animales, si es que, como dicen, son para ellos auténticamente seres queridos y no despiertan simplemente un interés meramente zoológico.

Puede ser considerado inmoral exterminar a los tigres (leones, pumas, serpientes, hienas, etc.) aunque sea por medios más humanos que los de la jungla o mediante la esterilización Ciertamente acabar con los tigres no es acción laudable y digna de alabanza. Ellos no son responsables de haber nacido así, pero debemos elegir entre uno u otros y la elección es fácil. Schopenhauer nos da los dos argumentos más importantes: "Este mundo es campo de matanza; donde todo animal de rapiña es tumba viva de OTROS MIL, y no sostiene su vida sino a expensas de una larga serie de martirios". Evitar el nacimiento de un tigre significa salvar la vida de un centenar de otros animales.

También a la hora de tomar la decisión oigamos otras palabras de Schopenhauer: "Si queréis en un abrir y cerrar de ojos saber si el placer puede más que la pena, o solamente si son iguales, comparad la impresión del animal que devora a otro con la impresión del que es devorado". Sin duda tampoco puede haber duda en la elección.

Por desgracia, el hombre no es Dios, no puede en muchas ocasiones sino hacer lo menos malo ante la imposibilidad de hacer lo más bueno y ya que no podemos conseguir un mundo de felicidad infinita donde los tigres y los gamos convivan pacíficamente y los hombres y las ovejas también, hemos de seguir un camino lento, muy lento, que conduce si no a la perfección en sí, cuanto menos al mejor mundo de los posibles. Procurando que cada vez más este mundo se aparte de aquel objetivo para el que fue creado: Un purgatorio para la redención de un pecado.

Aquel que ama a los animales sólo a esta persona va dedicado este trabajo no puede permanecer impasible ante este problema. No puede irse a dormir tranquilamente olvidándose de la impresión de terror del animal que nota en su cuerpo las heridas mortales que le quitan la vida, para servir de alimento a un ser que ha sido concebido por la naturaleza más fuerte que él. El hombre tiene también una misión en este terreno y pido a todos los que me lean que reflexionen muy detenidamente sobre este punto y sólo entonces podrán dar una opinión válida, opinión que, quizás, será contraria a la mía. Posiblemente esté yo en un error, pero cuanto menos yo habré cumplido con lo que considero un deber. Seguiré pensando en este problema, y al igual que contemplo un mundo podrido de odios y rencores, de egoísmo y aflicción y me desespero ante la imposibilidad de hacer algo positivo para convertirlo en algo mejor, así también, muy frecuentemente, aparecerán ante mí las imágenes de esos simpáticos animales, armónicos, estéticos, bellos y simpáticos, que llenan de vida y alegría los bosques o las praderas y que retozan con sus pequeñuelos, mientras son observados con ojo calculador por un animal sanguinario y que día a día deben pagar con su vida el tributo de haber nacido pacíficos y de no haberles sido concedido el deseo de sed de sangre. Ese sufrimiento, esa muerte horrible a manos de otros animales, estará presente en mi mente, turbará mi sueño y pido a Dios que el tiempo no me haga insensible a estos sufrimientos aunque, como en los demás grandes problemas del mundo, nada pueda hacer yo para evitarlos.

Tengo sin embargo el convencimiento, absoluto además de que la regeneración de la Humanidad que deseaba Wagner llegará algún día.

Antes tendrán que romperse moldes, costumbres e intereses, pero el día de la luz llegará y el sol brillará alegre para todos para todos los hombres y también para los pacíficos habitantes de la naturaleza que compartirán, con el injustamente llamado "rey de la creación”, una vida nueva, pura y alegre en plena convivencia y comunicación.



DEPORTES SANGUINARIOS



Uno de los aspectos que más contribuyen a la deseducación de los humanos y al incremento de sus instintos sanguinarios, haciendo que sienta por la sangre una irresistible atracción, es sin duda el de los deportes sanguinarios que constituyen una práctica muy común en nuestro mundo, incluso en aquellos países que gozan de leyes especiales para la protección de los animales.

Los principales deportes sanguinarios son: caza, pesca, tiro de pichón y corridas de toros.


LA CAZA


La caza se halla extendida en todos los países llamados civilizados. En algunos, como Inglaterra, constituye todo un ceremonial y se convierte en una actividad de carácter nacional en lo que a las clases elevadas se refiere, es decir, entre aquellas clases en las que su comportamiento no puede excusarse en virtud de haber tenido una educación deficiente o de haberse movido constantemente en malos ambientes.

La característica más acusada de la caza es la desproporción de fuerzas entre los cazadores y la víctima. En líneas generales, los animales que se acostumbran a cazar: conejos, zorros, codornices, ciervos, etc., no constituyen un peligro para el cazador.

Como en el caso de los animales sanguinarios, citado en el capítulo precedente, la víctima en el mejor de los casos sólo puede aspirar a huir, pero jamás a acabar con su perseguidor. Por si fuera poco, en muchas ocasiones ya no se trata de un hombre contra una bestia, sino de varios hombres contra ella. El hombre, con su inteligencia superior, podría vencer y más con la ayuda de las armas modernas-a animales muy superiores a él, pero se dedica preferentemente a aquéllos que no tienen ninguna posibilidad de oponérsele. Incluso en algunos casos en los que su integridad podría correr un cierto y relativo peligro, por ejemplo en la caza del jabalí, el moderno cazador se escuda en un grupo de personas, en la colaboración de los perros que son las únicas víctimas, heridos o muertos por el animal o, en el mejor de los casos, tiene la certeza de que si el animal llega a atacarle no persistirá en sus ataques hasta matarlo. El jabalí que atacado se defiende, desea librarse de su enemigo, pero no tiene la preconcebida intención que sí posee el cazador , de perseguirle y atacarle hasta causarle la muerte. La situación del cazador siempre es netamente más favorable que la del animal.

En un certamen dentro de una exposición celebrada en Barcelona, asistí a la proyección de una película sobre algunos lugares pintorescos de España. En esta película aparecían secuencias de algunos cazadores y en una de ellas, que preferiría no haber visto, se captaba la imagen de un conejo corriendo al que un cazador disparaba. Tocado el animal, quedaba en virtud del disparo paralizado en sus patas traseras y apoyado en las de delante, y arrastrando su cuerpo emprendía una carrera frenética en su afán por sobrevivir. En el mejor de los casos escaparía del cazador para tener una muerte cruel en algún lugar escondido simplemente para satisfacer los instintos sanguinarios de unos hombres que son los genuinos destructores de la naturaleza. El animal, en lugar de sentirse protegido por el hombre y acudir a él en momento de peligro huye frenéticamente cuando el aire le trae su olor. La verdaderamente genial película "Bambi" de Walt Disney, el gran productor cinematográfico que bien merecería el Premio Nobel de la Paz en lugar de Lutero, King, Kissinger o Willy Brandt, representaba magníficamente la imagen denigrante de la caza, cuando los ciervos huyen asustados ante la presencia del asesino de la naturaleza. El hombre es en esa película en sí un canto a la naturaleza y a los animales el único personaje maligno. Cuando los animales al ser perseguidos por una bestia sanguinaria, se refugien entre los hombre; el hombre habrá dejado de ser el purgatorio que actualmente representa.

Quien es capaz de contemplar una escena como la descrita anteriormente sin sentir una profunda lástima por el pobre animal es un ser indigno de llamarse humano.

Los cazadores disponen además de muchos métodos de caza, fusiles con telémetro, cotos reservados, estudios meticulosos sobre las costumbres de los animales, épocas de celo en las cuales es fácil cobrar buenas piezas, etc. Es decir el animal tiene como única posibilidad en el mejor de los casos la huída.

Otro gran inconveniente de la caza es que asusta a los animales del bosque que temen al hombre y se ocultan en cuanto aparece. La actividad del cazador hace desaparecer las especies de los bosques y, otro aspecto menos grave pero siempre molesto, llena la naturaleza de sonoras explosiones que turban la paz de los que vamos a la montaña a convivir con la naturaleza y no a asesinarla.

Nada puede compararse al sueño dorado de todo amante de la naturaleza que consiste en poder efectuar paseos por los bosques mientras somos observados por sus diversos habitantes, los cuales acabarán por acercarse para ver si pueden obtener de sus amigos los humanos alguna caricia o algún alimento. Si los cazadores no pueden apreciar esa belleza de la naturaleza es porque en lugar de corazón tienen el estómago y en lugar de alma una culebra. La falta de sensibilidad del cazador le constituye en representante de la idiotez humana y del materialismo.

Quizás el lenguaje utilizado para definir un cazador no sea excesivamente ético, pero quiero por lo menos expresar algunas de las opiniones que nos darían conejos y venados, si cobrasen el don del habla por unos momentos y pudiesen opinar sobre ese ser tan poco humano que es el cazador.

En principio, no puedo aceptar la caza como deporte ni actividad. Puede excusarse al que caza por necesidad, y aún en ese caso cabría estudiar el concepto "necesidad" y una vez aceptado discutir si la "necesidad" nos autoriza a matar. Pero desde luego no puede ser aceptada la práctica de la caza entre los que la practican por "placer", rara expresión para definir lo que nos impulsa a matar y que dice muy poco en favor del que la utiliza, pues el que se complace con el dolor y el sufrimiento de seres vivos, aunque sean animales, es muy probable que también en otras facetas de su vida muestre su insensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, aunque sea de personas, de seres humanos, de los que puede, en buena lógica, haber recibido ofensas más frecuentes y enérgicas, que de los conejos y codornices que asesina por el simple hecho de que para él asesinar es, según sus propias palabras, "un placer".

Hay otras prácticas mucho más saludables y también más viriles que la caza, pero cuanto menos lo que deberíamos pedir al cazador es una “igualdad de oportunidades" con relación a la víctima. Cazar con arco y flecha, coger una liebre con las manos desnudas, o luchar contra un oso o un jabalí con un cuchillo o una lanza, merecería cuanto menos algo de respeto y podríamos hablar de un cierto equilibrio en la lucha y aunque el animal preferiría que le dejasen en paz, cuanto menos existiría la "legítima defensa", en esos casos los cazadores serían crueles, pero no cobardes. Pero la posibilidad de disparar con perdigones que en su dispersión cubren un área muy grande de espacio, siendo imposible errar el tiro a corta distancia o con armas de precisión, colocan al animal en el papel de víctima incapaz de eludir su fatal destino y condenada a huir siempre del que debería ser su protector y amigo: el hombre.

Después de las corridas de toros, es posiblemente la caza el deporte que ha despertado más polémica. Los que más han comprendido el drama que representa este deporte han sido los artistas, almas sensibles y que no pueden permanecer ajenas al sufrimiento ajeno. Incluyo pues seguidamente algunas bellas poesías que se han dedicado a combatir este salvaje deporte.

Citaré en primer lugar a mi maestro, Richard Wagner, quien en su primera y en su última obra, nos habla del tema. En la primera, en "Las Hadas", el protagonista Arindal se percata al ir a matar a una cierva que sus ojos están llenos de lágrimas, lo cual le hace desistir del disparo. Pero es en "Parsifal", obra cumbre de la música universal, donde nos expone el problema en toda su encantadora sencillez. Parsifal es el joven salvaje, criado en el bosque que nada sabe de moral, religión, ética... todo lo que él sabe es propio de sí mismo. No posee convencionalismos, sino que actúa espontáneamente. Admirado de los caballeros con brillantes armaduras y espadas doradas, sueña con ser uno de aquellos héroes. Vaga por el bosque y mata a los animales sin comprender el daño que causa. Cerca del templo de Monsalvat, donde los Caballeros del Santo Graal custodian el cáliz con el cual Cristo celebró la Ultima Cena, se hallan algunos de estos reunidos cuando de pronto un cisne cae abatido por una flecha:

GURNEMANZ

¿Qué ocurre?

EL CUARTO ESCUDERO

¡Allí!

EL TERCER ESCUDERO

¡Allí!

EL SEGUNDO ESCUDERO

¡Allí!

EL CUARTO ESCUDERO

¡Se ve un cisne!

EL TERCER ESCUDERO

¡Vuela herido!

TODOS LOS CABALLEROS Y ESCUDEROS

¡Maldito! ¡Maldito!

GURNEMANZ

¿Quién ha herido al cisne?

(El cisne, después de un penosísimo vuelo, cae al suelo, exánime. El segundo caballero le arranca la flecha que tiene clavada en el pecho)

LOS CABALLEROS Y ESCUDEROS

¡Ese fue! ¡Ese fue!

(enseñando el arco)

El arco lo prueba.

(mostrando las flechas)

Las flechas son iguales.

GURNEMANZ

(a Parsifal)

¿Has sido tu el que ha matado al cisne?

PARSIFAL

Ciertamente. Todo cuanto vuela yo cazo.

GURNEMANZ

¿Tu has hecho esto? ¿No te apena tu acción?

LOS CABALLEROS Y ESCUDEROS

Dale un buen castigo.

GURNEMANZ

Oh maldad grande.

¿Cómo pudiste dentro de la sagrada selva matar donde todo lo que te rodea es paz?

¿No son los animales mansos junto a ti?
¿No te saludan tiernamente?
¿No te habla desde las ramas el pájaro?
¿Qué te hizo el cisne?

Volaba buscando a su hembra, para ir los dos sobre el lago.

Fue nuestro amigo ¿qué es ahora para ti?

¿O no lo ves? Lo has herido, aquí helada está la sangre, tiene flojas las alas, sus blancas plumas están manchadas de rojo, sus ojos se cierran, ¿no ves su mirada?


(Parsifal ha escuchado a Gurnemanz con una emoción creciente, hasta que al llegar a este punto, rompe su arco y lanza lejos sus flechas)


Joven, ¿confiesas que tu culpa es grave?

¿Cómo has podido atreverte?

PARSIFAL

No sabía nada.

(Los escuderos recogen el cisne muerto, lo levantan solemnemente sobre una camilla hecha con ramas verdes y lo llevan hacia el lago).

Estos bellos versos en el primer acto del Parsifal, son un buen preludio del carácter de esta obra sublime, de esa "elevada canción de amor, canción de elevado amor" como la definiera Dietrich Eckart.

Otro magnífico verso, en este caso debido a un poeta español, lo tenernos en el titulado "Canción" de Antonio Mira de Mescua, poeta del siglo XVII y que dice:

Ufano, alegre, altivo, enamorado, rompiendo el aire el pardo jilguerillo,
se sentó en los pimpollos de una haya, y con su pico de marfil nevado
de su pechuelo blanco y amarillo la pluma concertó pajiza y baya;
y celoso se ensaya a discantar en alto contrapunto
sus celos y amor junto, y al ramillo, y al prado y a las flores libre y ufano cuenta sus amores.

Mas, ¡ay!, que en este estado
el cazador cruel de astucia armado, escondido le acecha
y al tierno corazón aguda flecha tira con mano esquiva
y envuelto en sangre en tierra lo derriba
¡Ay, vida mal lograda!
¡Retrato de mi suerte desdichada!


Otro poeta español, ya más conocido, dedica también bellos versos a combatir la caza. Francisco de Quevedo, alma sensible, escribe el siguiente soneto:

Primero va seguida de los perros
vana tu edad, que de sus pies la fiera
deja que el corzo habite la ribera,
y los arroyos, la espadaña y berros.

Quieres en ti mostrar que los destierros
no son castigo ya de ley severa;
el ciervo, empero, sin tu envidia muera,
muera de viejo el oso por los cerros.

¿Qué afrenta has recibido del venado,
que le sigues con ansia de ofendido?
Perdona al monte el pueblo que ha criado.
El pelo de Acte6n, endurecido,
en su frente te advierte tu pecado;
oye, porque no brames, su bramido.



Otro poeta, en este caso alemán, que se ocupa del tema es Herzog Ulrich von Württemberg poeta del siglo XVI. Sus versos son los siguientes:

Sonó el cuerno plañidero:
cesó en mi toda alegría;
se cazaba por el bosque
la cierva ante el perro huía.

Jamás animal tan noble
por el monte encontraría;
iba saltando los riscos;
sin duda andaba perdida.

Huye cierva, por las breñas.
No he de aumentar tu agonía
ni herir tu pecho de nieve.
Que otros hombres te persigan
con sus gritos y sus perros,
que otros te quiten la vida.
Con pena de ti me aparto,
guárdate, cierva querida.



Y para terminar esta pequeña muestra de poesías en contra del bárbaro espectáculo y deporte de la caza, una del más romántico de los poetas románticos, Friedrich von Schiller, el poeta de la juventud, que expone magníficamente el problema en su poesía "Der Alpenjäger" (El Cazador Alpino):

¿Te gustaría apacentar ovejas?
Las ovejas son buenas y son dóciles,
pastan los dulces brotes de la yerba
triscando en torno de la fresca orilla.
“¡Permíteme ir de caza, madre, madre, quiero cazar en lo alto de los montes!".
¿Te gustaría dirigir el hato con el gozoso resonar del cuerno?

En el alegre coro de los bosques
cuán dulces las esquilas tilintean.

”Permíteme ir de caza, madre, madre, quiero cazar en lo alto de los montes!".

¿Querrías esperar a que las flores en los bancales tuyos florecieran?

Allí no pueden florecer jardines,
todo es salvaje en el desierto agreste.

“¡Deja a las flores, deja que florezcan, quiero irme a la cumbre de los montes!"

Y aquel muchacho se marchó de caza, y con un ciego atrevimiento iba aventurándose incansablemente por lo más tenebroso de los montes; ante sus ojos, semejante al viento, huía temblorosa la gacela.

Con ágil paso trepa por la fría y desnuda osamenta de las peñas, alada cruza con seguro salto
los peligrosos tajos de las rocas, y atrevido el muchacho la persigue tensa ya la mortífera ballesta.

Ahora sobre las cumbres pedregosas, ella consigue la más alta peña, de donde la montaña baja a pico y el camino se pierde en lo profundo.

A sus plantas está el rocoso muro y ante ella el enemigo que se acerca.

Con el mudo lamento de sus ojos suplica al hombre que implacable llega, y en vano son sus ruegos porque el hombre suelta ya el arco que la muerte lanza.

De improviso un espíritu aparece sobre la roca, el Viejo de los Montes, (Bergesalte)y con manos de dios protege entonces al trémulo animal acongojado.

“¿Por qué hasta estos lugares el dios dice, muerte y angustia has de arrastrar contigo?

Bastante sitio tienes en el valle. ¿Por qué has de encarnizarte con los míos?



Estas poesías exponen magníficamente el profundo drama de la caza, aunque su contenido no pueda llegar a los cazadores, gente por lo general estúpida y cruel, cerrada a todo idealismo artístico y poético.

LA PESCA

Este deporte, con ser paralelo a la caza, tiene puntos fundamentales que lo hacen diferir de ésta. Si el cazador carece de riesgos en la práctica de su deporte cuanto menos tiene la posibilidad de tropezar y caerse cuando va persiguiendo a su pobre víctima. Al pescador no le queda siquiera esta posibilidad. Es el genuino deporte de la vagancia. Me ha ocurrido con frecuencia que al ir de excursión a algún lugar de alta o media montaña, me he encontrado con algún pescador que, inmóvil y sentado en el margen de un río, esperaba paciente, pacientísimo, la suerte. Mientras yo me adentraba por los senderos de montaña hacia mi objetivo, observaba la figura del pescador que permanecía en la misma posición. Después, al regreso, otra vez lo mismo. Inmóvil, lo perdía de vista. Aseguran que es un deporte muy relajante y desde luego debe serlo, pues el ejercicio físico es limitadísimo. Lo cierto es que creo que los que se dedican a la pesca podrían obtener la misma satisfacción y el mismo "relax" tendiéndose sobre un prado verde y contemplando las cimas de las altas montañas coronadas de nieve. Respecto a los que pescan en las playas supongo que más numerosos lograrían el mismo objetivo tendiéndose sobre la arena.

El pescador no da al pez la más mínima posibilidad de escaparse. Tanto el de caña como el buceador, tienen el cien por cien de posibilidades sobre la víctima. Especialmente el segundo podría advertir al animal y emprender entonces la persecución. No sería noble pero se concedería al menos al animal la posibilidad de luchar por su vida. Naturalmente hay tipos de pesca como la de arrastre que aunque con fines alimenticios supone el exterminio de miles de peces dejando algunas áreas sin población acuática ; con explosivo prohibida pero practicada y la efectuada con botellas de oxígeno, absolutamente inmoral.

Ni la caza ni la pesca se practican por razones de alimentación y consecuentemente no pueden encontrar justificación. Son deportes cuyo objetivo es acabar con el mayor número de vidas posibles, sin importar si el animal que logra escapar queda gravemente herido. Acabar poco a poco con los pobladores que la naturaleza guarda en sus profundidades.

Además los pescadores, en medio de su indolencia, no son capaces ni tan siquiera de ahorrar sufrimientos inútiles al pez quitándole rápidamente la vida una vez fuera del agua. No, lo dejan a un lado y contorsionándose y muriendo lentamente agoniza al lado de su asesino sin despertar en él la más mínima compasión. Algunas veces todavía vivo lo fríen sin preocuparse de sus sufrimientos. Igual fin corresponde a langostas y ostras que son más "sabrosas" vivas.

Difícil es justificar la caza por razones de alimentación, pero todavía lo es más el pescado, que en una buena parte especialmente mariscos es consumido puramente por gula, pues el alimento que contiene es mínimo.

Admitimos que, en líneas generales, los peces ofrecen menos compasión que los otros animales. Lógicamente su vida nos es más extraña. Sin embargo aquéllos que han podido hacer submarinismo y dar de comer a los peces en la mano, también saben que son animales a los que la naturaleza no ha puesto a nuestro alcance para que traidoramente, por medio de un anzuelo, de un engaño, vengan a parar a nuestro estómago.

viernes, 3 de octubre de 2008

CHAU CHAU ADIOS.LOS QUE SE VAN Y NO TIENEN REEMPLAZO.

ANIMALES RAROS PERO AUTENTICOS.

¿SON RAROS NO ? ESPERAMOS QUE LO SIGAN SIENDO .SON UNICOS EN EL MUNDO .QUE NO SE EXTINGAN .SI NO EL HOMBRE LOS TENDRA QUE FABRICAR CON PROGRAMAS DE DISEÑOS COPUTARIZADOS Y NO SON LO MISMO .

PARA VER ANIMALES RAROS ,SI TODO SIGUE ASI SOLO NOS TENDREMOS QUE CONFORMAR CON ESTOS FICTICIOS. LAMENTABLE NO .PERO LA VERDAD QUE ESTO NO ES JODA.CONSERVEMOS A NUESTRAS ESPECIES.




LOS QUE SE FUERON.


LOS QUE YA NO ESTAN

ESPECIES EXTINGUIDAS POR EL HOMBRE.

1-DODO-Raphus cucullatus

* Struthio cucullatus Linnaeus, 1758
* Didus ineptus Linnaeus 1766


El dodo o dronte (Raphus cucullatus, llamado Didus ineptus por Linnaeus) fue un ave no voladora de aproximadamente un metro de altura, con un peso que oscilaba entre 13 y 25 kg. Era originaria de las islas Mauricio, situadas en el Océano Índico, y se alimentaba de frutas. Su pico, particularmente por la forma, le permitía romper las cortezas de los cocos, y anidaba en el suelo.

Se piensa que evolutivamente surgió de palomas que migraban entre África y el sudeste asiático, por esto se trataba de una peculiar ave "áptera", ya que la ausencia de depredadores hizo que no desarrollara el sistema muscular para el vuelo. Era un pariente cercano del solitario de Rodríguez, otra ave de las Mauricio que también se extinguió apenas un siglo después. Se cree que la paloma de Nicobar es el pariente más cercano todavía vivo.

El ser humano llegó a su hábitat en el siglo XVII. Las primeras noticias que en Europa se tuvieron del ave parecen datar de 1674; en 1681 un conquistador español llevó un ejemplar a Europa. Los descubridores portugueses llamaron dodo («estúpido» en el habla coloquial portuguesa) al ave por su torpeza y la facilidad con que podía ser cazada. También se la ha llamado dronte, una denominación algo más científica.

La llegada del hombre acarreó la propagación de nuevas especies en la isla, incluyendo cerdos, macacos cangrejeros, perros, gatos y ratas, la aparición de nuevas enfermedades y la propia destrucción de bosque, del cual dependía en gran medida la subsistencia del dodo. Se estima que el saqueo de sus nidos por parte de las nuevas especies tuvo un efecto más devastador que el de la caza. Como consecuencia se produjo la completa extinción de este ave un siglo después de la llegada del ser humano a la isla.

Sir Thomas Herbert, el introductor de la palabra “dodo”, dedicó al animal en 1627 un dramático epitafio: “Tienen un semblante melancólico, como si fueran sensibles a la injusticia de la naturaleza al modelar un cuerpo tan macizo destinado a ser dirigido por alas complementarias ciertamente incapaces de levantarlo del suelo”.


2-ZORRO LOBO MALVINENSE-Dusicyon australis


Estado de conservación

Extinto desde 1876
Clasificación científica
Superreino: Eukaryota
Reino: Animalia
Subreino: Eumetazoa
Superfilo: Deuterostomia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Infrafilo: Gnathostomata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Orden: Carnivora
Suborden: Caniformia
Familia: Canidae
Género: Dusicyon
Especie: D. australis
Nombre binomial
Dusicyon australis
(Kerr, 1792)

El guará (Dusicyon australis), también llamado zorrolobo, zorro-lobo de las Malvinas, zorro malvinero, zorro malvinense o zorro antártico, fue una especie zoológica de cánido, ya extinto, de dimensiones intermedias entre las del lobo y las de un zorro grande: medía unos 90 cm de longitud corporal desde el hocico hasta el nacimiento de la cola. Ésta alcanzaba los 30 cm, y poseía un pelaje muy tupido, adaptado a los rigurosos inviernos de las Islas Malvinas, su hábitat exclusivo. El cuello y las patas amarillentas, la 'garganta' y 'labios' blancuzcos, orejas grisáceas —externamente bayas—, la cola semejante a la de un zorro, parduzca en su origen aunque concluyendo en una típica punta blanca (característica compartida con el lobo de crín o aguará guazú).

Esta especie fue exterminada por los ocupantes británicos de las islas, quienes la consideraron una plaga que afectaba sus rebaños de ovejas. Aunque ya antes, en los años 1830s, los loberos estadounidenses la depredaban clandestinamente en masa para obtener su excelente piel. El animal fue descubierto en 1690 y era aún bastante común en el tiempo en que Charles Darwin visitó las Islas Malvinas en 1833. Sin embargo durante el siglo XIX la población decreció drásticamente. Se cree que el último ejemplar fue abatido en 1876. Unos once especimenes embalsamados se conservan en distintos museos.

El guará de la Gran Malvina (Dusicyon australis australis) era una subespecie algo más pequeña y poseía un pelaje con tonalidad más rojiza.

La presencia del guará en las Malvinas probablemente derive de esporádicos desembarcos de cazadores yámana o manne'ken. Estas etnias fueguinas habían logrado domesticar a los culpeos creando el antiguo perro yagán (también llamado perro fueguino). La denominación guará, transcripta por los ingleses warrah, le fue dada a este animal por los gauchos argentinos quienes lo notaron semejante al ya citado aguará guazú.

3-GUACAMAYO AZUL. Anodorhyncus Glaucus

Otros nombres vulgares: Guambá hovíg o guaá-hovi (guaraní) – guacamayo celeste, ara azul, arará, arapachá, o araracá (guaraní), arará celeste, arará azul pequeño.

Descripción general y características.

Este psittácido constituye el representante más austral del género Anodorhynchus. El mismo estaba originalmente integrado por otras cuatro especies.
Esta especie se caracteriza por su menor tamaño, (68 a 74 cm. de largo total) y diferencias de tonalidades en la coloración del plumaje que era predominantemente azul verdoso con un matiz grisáceo en la cabeza y el cuello y un tinte algo parduzco sobre la cara, garganta y parte superior del pecho. Según algunos autores, la coloración de la garganta tiende a negruzco, el abdomen es verdoso y las cobijas internas del ala son negro sepias. Bien contrastante resulta la zona periocular desnuda y la mancha de base de la mandíbula amarillo-cromo pálida, al igual que la faja angosta que la bordea. El pico es bien grande y robusto, de 65 a 70 mm, de color negro, igual que el iris, los tarsos y los párpados. Sería en su aspecto muy similar a Anodorynchus leari, pero algo más claro. No obstante su asombroso parecido, últimamente se tiende a considerar que ambos guacamayos constituyen una superespecie. La cola, para algunos autores, llegaría a los 40 ó 43 cm. de largo, con rectrices centrales de hasta 3,95 cm.

Hábitat.

En cuanto al hábitat de la especie se han señalado áreas de parque con isletas de monte, rodeadas de pajonales y esteros o las zonas con palmares siempre cerca de los ríos con barrancas pronunciadas. Según Olrog (1984) sería típico de las sabanas y bosques de pino paraná, pero no se conoce en qué registros se basó para hacer tal afirmación.

Distribución geográfica.

Su distribución original abarcaba , según la poca información existente, el este del Paraguay, el sur del Brasil, (estados de Santa Catarina y Río Grande do Sul), el nordeste argentino (sur de Misiones, norte y centro de Corrientes, hasta los esteros de Batel, y probablemente, este del Chaco, según una única cita, sólo nominal y vaga del Comandante Fontana, y el norte del Uruguay (departamento de Artigas)

Comportamiento.

Según Azara (1805) la especie excavaría cuevas en las barrancas de los ríos o en los troncos de los árboles secos, donde depositaría 2 huevos. Sobre sus costumbres es muy poco lo que se sabe.
De Mossy (1860) la halló muy asociada a los palmares de yatay, donde además se alimentaban. Orfila (1936) la considera en cautiverio "poco sociable, sin ser arisco" y destaca que se irritan enseguida, atacan a picotazos cuando se los alimenta, son silenciosos y reposados, por lo general largo rato en un mismo sitio sin moverse. Por el contrario, Sánchez Labrador (1767) la considera una especie muy mansa e inteligente al domesticarse, y relata las increíbles habilidades, casi humanas de un ejemplar que vivió algún tiempo en la reducción de "La Concepción" que significaría "que está todo el día hartándose".

Causas de la extinción.

Se cree que el aumento de la navegación y el poblamiento de las costas de Paraná, donde se alzan, entre otras, las ciudades de Resistencia, Corrientes y Posadas y las del alto Uruguay lo habría privado de áreas tranquilas, aptas para la nidificación. También la caza debe haber tenido un impacto significativo, debido a su aspecto y tamaño imponentes. Inclusive se lo llegaba a capturar como recurso proteico, aunque su carne no fuera de las más gustosas. La extracción de pichones para criarlos como mascotas tiene antigua data, como así también el envío de ejemplares a zoológicos europeos.
No se descarta la posibilidad de que su declinación haya sido causada por alguna epizootia, o bien por problemas genéticos, en una población ya disminuida.
Probablemente extinto, a pesar de que fue abundante en otros tiempos, hay remotas posibilidades de que aún subsista en selvas marginales de ríos no navegables.

LOS QUE SE ESTAN POR IR.


LOS QUE PRONTO NO ESTARAN MAS SI EL HOMBRE SIGUE DSTRUYENDO SUS HABITAT Y LOS SIGA CAZANDO Y COMERCIANDO.

4-MACA TOBIANO


La palabra "tobiano" de su nombre -usada por el hombre de campo para indicar el pelaje de algunos caballos- alude al color de su plumaje. Su nombre científico es "Podiceps gallardoi" (Rumboll, 1974). Pertenece a la clase de las aves, orden de los podicipediformes. Fue descubierta en 1974 por Mauricio Rumboll en Santa Cruz.

CARACTERISTICAS

El macá tobiano es un ave zambullidora. su plumaje blanquinegro es muy Ilamativo y le dá su nombre. La cabeza es negra, con plumas alargadas de color marrón o castaño rojizo, que forman una cresta que yerguen a voluntad. El cuello y el vientre son blancos; el dorso, negro y las alas son blancas con algunas plumas negras. El pico mide unos dos centímetros y es de color gris azulado oscuro, al igual que las patas. Su peso alcanza los 530 gramos y el largo total es de alrededor de 35 centímetros.

HABITAT

Habita en lagunas de la alta meseta patagónica, de aguas transparentes, alimentadas por el deshielo de las nieves cordilleranas y con vegetación de vinagrilla. Se lo encuentra en la laguna de los Escarchados y otras cercanas, en la provincia de Santa Cruz, aproximadamente 70 kilómetros al este de Calafate. En 1981 se descubrió al norte del lago Viedma otro grupo de aves en un área que abarca 15 lagunas apropiadas para que la especie arme sus nidos.

ALIMENTACION

Este macá encuentra su alimento explorando el medio lacustre en que se desplaza. Allí captura pequeños invertebrados acuáticos, como caracoles, dípteros y coleópteros.

SU CRIA

En las lagunas donde habita se pueden observar pequeñas colonias de nidificación formadas luego del interesante cortejo nupcial de la especie. Una vez construidos los nidos, tiene lugar la puesta de dos huevos y se produce la incubación, que dura unos 21 días. Al nacer, los pichones están revestidos de un plumón rayado que es característico de esta especie; paulatinamente es cambiado por un plumaje similar al de los ejemplares adultos.

POR QUE ESTA EN PELIGRO

Como en la zona donde se desarrolla esta especie hay otras aves, los huevos pueden ser víctimas de la acción de predadores. Uno de ellos, que constituye su principal amenaza directa, es la gaviota cocinera, que también ataca a los pichones. Esta ave llega a la zona siguiendo a los asentamientos humanos y los basurales que se forman favorecerían su desarrollo.

5-YACARE-CAIMAN YACARE.

Estado de conservación
En peligro
Clasificación científica
Reino: Animalia
Subreino: Eumetazoa
Superfilo: Deuterostomia
Filo: Chordata
Clase: Reptilia
Orden: Crocodilia
Familia: Alligatoridae
Género: Caiman
Especie: C. yacare
Nombre binomial
Caiman yacare
Daudin, 1802
Distribución
Distribución del caimán yacaré

Distribución del caimán yacaré

El yacaré negro (Caiman yacare) es un caimánido endémico de las regiones subtropicales y tropicales de Sudamérica, que puede alcanzar los tres metros de longitud. Fuertemente acorazado en el lomo, de color negruzco u oliva muy oscuro, la piel delicadamente jaspeada de los flancos y de los ejemplares juveniles lo convirtió en un favorito de la industria del calzado durante muchos tiempo. Las medidas de protección han permitido su recuperación; se encuentra registrado en el Apéndice II del listado de especies protegidas de CITES. Se lo conoce también como caimán del Paraguay o jacaretinga en portugués).

Hábitat

El yacaré negro habita regiones pantanosas y lacustres de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú, en especial las cuencas del río Amazonas, el Paraguay y el Paraná. Los núcleos poblacionales más importantes se encuentran en el Pantanal brasileño y en el sistema del Iberá en Argentina. Prefiere las zonas cálidas y lluviosas, más favorables a su metabolismo. A diferencia de otras especies locales, ocupa con frecuencia cursos de agua amplios y abiertos.

Descripción

El yacaré negro alcanza los 2,5 m normalmente de tamaño adulto, aunque ocasionalmente aparecen ejemplares mayores. El hocico es alargado y angosto; aún con la boca cerrada pueden observarse varios dientes, por lo que se lo denomina ocasionalmente yacaré piraña.
Ejemplar adulto en los Esteros del Iberá
Ejemplar adulto en los Esteros del Iberá

La coloración es negruzca o muy oscura, con manchas bien marcadas en los flancos, la cola y la mandíbula inferior. El vientre es amarillento y carece de recubrimiento óseo; por el contrario, las escamas del lomo presentan osteodermos bien marcados.

Los ejemplares juveniles muestran un diseño de franjas negras sobre fondo marrón o amarillento, que se va oscureciendo paulatinamente. La coloración adulta sobreviene antes de que la madurez sexual, que alcanzan alrededor de los 10 años de edad; la longitud media en ese momento ronda 12 dm .

Las patas son fuertes y cortas; los dedos de las posteriores está unidos por una membrana que facilita la natación, aunque la fuerza impulsora proviene en general de la musculosa cola, que representa el 30% de la longitud del cuerpo.

Hábitos

La dieta del yacaré negro es exclusivamente carnívora; ingiere principalmente caracoles y otros moluscos y crustáceos, además de peces, a los que acecha inmóvil con la boca abierta para tragarlos cuando se ponen a su alcance. El yacaré negro es el principal predador natural de la palometa. Es capaz de cazar otros reptiles y aún mamíferos pequeños en caso de necesidad, pero evita hacerlo por el consumo energético que implica; salvo en caso de autodefensa o hambre extrema, no es agresivo hacia el humano.

La época de reproducción se ubica a comienzos del verano; los machos marcan su territorio y combaten para expulsar a los ejemplares más débiles. Las hembras recorren la zona y copulan repetidamente para garantizar la fecundación de los huevos. Poco más tarde construirán un nido con los materiales que encuentran en la zona, siempre cerca de una superficie de agua, donde depositarán entre 20 y 40 huevos; el nido toma la forma de un montículo de material orgánico de hasta un metro y medio de diámetro y 6 dm de altura.

La hembra cuida del nido durante los dos meses de la incubación, aunque en áreas de caza más o menos intensa pueden abandonarlo. El calor necesario para los embriones proviene del sol y la descomposición de la materia orgánica del nido.

Los ejemplares juveniles presentan una elevada tasa de mortalidad natural; sus predaderos principales son las aves rapaces: el carancho, el gavilán cangrejero y el jabirú entre otros. Sin embargo, las causas fundamentales de la intensa reducción en número de la especie ha sido la caza; para la industria del cuero, para el tráfico de mascotas y, en menor medida, para alimentación por parte de los pobladores locales, que consumen ocasionalmente también los huevos; y la reducción de su hábitat.

Existen varios proyectos de cría de yacaré en granjas en Brasil y Argentina; parte de la producción se reintegra al medio ambiente, y la restante se faena para su explotación comercial.

6-YAGUARETE O TIGRE AMERICANO .Panthera onca


Estado de conservación
Vulnerable
Clasificación científica
Superreino: Eukaryota
Reino: Animalia
Subreino: Eumetazoa
Superfilo: Deuterostomia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Infrafilo: Gnathostomata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Orden: Carnivora
Suborden: Feliformia
Familia: Felidae
Subfamilia: Pantherinae
Género: Panthera
Especie: P. onca
Nombre binomial
Panthera onca
Linneo, 1758
Ejemplo de P. onca con melanismo.
Ejemplo de P. onca con melanismo.

El yaguar, yaguareté o jaguar (Panthera onca) conocido en Perú como otorongo (del quechua uturuncu) es el felino de mayor tamaño de América. Habita principalmente las zonas selváticas, donde es el mayor predador junto al caimán.


Nombres y etimología

En sus zonas nativas recibe diferentes denominaciones en español como jaguar, yaguareté, yaguar, onza, tigre o tigre americano (los mexicas lo llamaban en nahuatl: ocelotl lo cual puede dar lugar confusión con el ocelote de modo que el nombre mexica o "azteca" más preciso es tlatlauhquiocélotl. En mapuche se le dice nahuel y en quechua uturuncu, uturunku o unqa).

El origen del nombre más usual proviene de la palabra guaraní yaguá-eté que significa «parece perro»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban la palabra yaguá para referirse al mayor superpredador americano, es decir al yaguar, pero ante la presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos el término guaraní yaguá pasó a significar perro en tanto que fiera o animal feroz por antonomasia (actualmente se aplica este término en guaraní a cualquier perro) quedando redenominados los especímenes de Panthera onca como yaguá-eté («parece perro»), de allí surge la denominación yaguareté usada especialmente en Argentina y Paraguay, y de modo abreviado: yaguar o jaguar.
Distribución del jaguar, en rojo zonas en donde ha sido extinguido, en verde zonas donde perdura.
Distribución del jaguar, en rojo zonas en donde ha sido extinguido, en verde zonas donde perdura.

Características y comportamiento [editar]
El yaguar es el único felino capaz de perforar la caparazón de una tortuga.
El yaguar es el único felino capaz de perforar la caparazón de una tortuga.

La P. onca es el mayor de los felinos de América, midiendo entre 1,10 y 1,90 m de longitud en su etapa adulta; puede llegar a medir 80 cm de altura en la cruz, y pesar normalmente entre 57 y 113 kg, e incluso hasta 150 kg en algunos casos. Posee la estructura mandibular más poderosa de todos los felinos, y el mayor peso relativo de la cabeza, lo que le proporciona su perfil característico, la fortaleza de estas mandíbulas le permite atravesar la caparazón de una tortuga.

Aunque se asemeja mucho en apariencia al leopardo o pantera del Viejo Mundo (Panthera pardus), con el cual se encuentra emparentado, su papel ecológico y comportamiento son más acordes a los del tigre (Panthera tigris), puesto que son predominantemente terrestres y carecen de predadores o competidores naturales, al ser el resto de los felinos americanos significativamente más pequeños.

Su hábitat actual varía desde la selva tropical de Centro y Sudamérica al campo abierto, pero muy rara vez son vistos en zonas montañosas, en donde predomina el puma (Puma concolor). Conocidos por su habilidad para nadar y trepar, generalmente prefieren vivir cerca de ríos, pantanos y en bosques frondosos con vegetación espesa para acechar a sus presas.

La P. onca es un cazador solitario y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento; generalmente caza presas grandes como venados, tapires, carpinchos o pecaríes; aunque suelen atrapar cualquier animal, desde ranas y ratones a aves, peces y animales domésticos. En total el jaguar da caza a más de 80 especies (más que el león y el tigre). Puede cazar cocodrilos y enormes serpientes.

Al estar habituado a biomas selváticos con poca luz (aunque su área de dispersión llegó a abarcar praderas y estepas), posee ojos nictalopes, que permiten una notable visión en la oscuridad, merced a una membrana reflectante en el fondo del ojo que concentra la luz en el campo focal de la retina. Por otra parte, y a diferencia de otros felinos, son excelentes nadadores y están también adaptados para la caza de presas acuáticas y subacuáticas desde la superficie; en tales casos, las vibraciones de los peces, yacarés y tortugas les llegan nítidamente a través de sus patas y bigotes. El olfato del yaguar está muy bien desarrollado y puede detectar por el olor presas a bastante distancia, en tales casos abre la boca facilitando así una mejor llegada de las moléculas odoríferas a sus órganos olfativos. Posee también una poderosa mandíbula con sólida dentadura y fuerte efecto de palanca en los dientes caninos, que le permite romper los caparazones de tortugas y armadillos.

El fondo de su piel es a menudo de un color amarillo-anaranjado, con numerosos anillos o rosetas a los costados y manchas sobre la cabeza y el cuello. Es posible distinguir un P. onca de un P. pardus por la presencia de puntos dentro de las rosetas. Una condición conocida como melanismo puede causar que una P. onca se vea completamente negra (aunque las manchas permanecen visibles si se observa detenidamente). Estos ejemplares son conocidos como panteras negras, pero no conforman una especie distinta.

Los machos jóvenes alcanzan la madurez sexual a los tres años de edad aproximadamente, y las hembras cerca de un año antes. Las hembras dan a luz hasta cuatro cachorros después de 100-105 días de gestación, pero no educan a más de dos. Los jóvenes pueden ver a las dos semanas de vida, permaneciendo con la madre por un tiempo largo, de hasta dos años, antes de comenzar a establecer un territorio propio, el cual puede medir entre 25 y 150 km² (dependiendo de la disponibilidad de presa adecuada). En cautiverio, pueden vivir hasta 20 años.

Distribución

A la llegada de los europeos en 1492, el área de distribución de la P. onca era mucho mayor que en la actualidad; su límite septentrional se ubicaba en América del Norte, hacia el 35º de latitud N, encontrándose en parte sur de California, Texas y Nuevo México, en los actuales Estados Unidos; su límite meridional se encontraba hacia los 40º S, en Chubut, Argentina. Desde el siglo XV hasta la actualidad, El jaguar ha sido exterminado por el hombre fuera de las áreas más selváticas o inaccesibles.

En Argentina, hoy aun se encuentran ejemplares en la yunga, en la zona Chaqueña y en la Selva Misionera. En Texas apenas se encuentran unos pocos ejemplares en reservas cercanas a la frontera del Río Bravo. Su refugio más extenso se encuentra en la Selva Amazónica.

Originalmente habitaba desde la Patagonia hasta el sur de Estados Unidos, pero actualmente su distribución se ha reducido notablemente. Actualmente es visible en sitios poco habitados, cálidos de húmedos a subhúmedos, desde el estado de Texas (en EE.UU.) hasta el norte de Argentina.

En México, Centroamérica y norte de Sudamérica el jaguar solo habita los bosques colindantes con el Mar Caribe, sin embargo hay excepciones: en México todavía hay algunos en el estado de Sonora, también hay 50 ejemplares en la selva tropical del Pacífico costarricense.

Su distribución actual es muy fragmentada si se la compara con la distribución que tenía en la época colonial. Actualmente sólo es abundante en Centroamérica y en el Amazonas. Está extinto en Uruguay y en El Salvador, además su situación es crítica en numerosos países de su distribución.

Amenazas actuales.

Aunque en la mayoría de los países en donde habita su caza es ilegal el jaguar se encuentra en peligro de extinción. Sus amenazas más importantes son la deforestación y la caza de la que es objeto.

La pérdida de hábitat es una gran amenaza para este felino. La selva tropical se destruye a pasos agigantados y se va transformando en prados donde las reses pastan. Al perder su hábitat los jaguares se quedan sin presas y se ven obligados a cazar animales de granja, cuando el granjero encuentra al jaguar normalmente lo mata.

La pérdida de hábitat reduce el territorio disponible para los jaguares, un estudio reveló que un macho necesita entre 50 y 100km² para él solo y así poder cazar, las hembras necesitan en torno a 25km². Si el espacio disponible permite que una población de x jaguares vivan allí cuando este número sea revasado los animales excedentes se quedan sin hábitat y se ven forzados a deambular kilómetros en busca de presas.

7-AGUARA GUAZU(Chrysocyon brachyurus)


El aspecto de este cánido tiene cierta similitud con un Galgo Ruso y con el Guepardo, siendo el cánido de mayor tamaño de América del Sur. Posee una llamativa coloración y aspecto más bien desgarbado, y resulta un corredor veloz y un notable saltador, adaptado perfectamente a la vida en terrenos abiertos o inundados gracias a sus singulares "zancos".

Aguará Guazú

De hábitos solitarios y aunque de aspecto temeroso, es totalmente inofensivo para el hombre. Es un animal solitario, sumamente tímido y cauteloso, de hábitos nocturnos o crepusculares. El Aguará Guazú se caracteriza por sus largas patas, su altura y su cabeza pequeña en proporción al resto del cuerpo. Su pelaje, largo y áspero, le permite desplazarse en áreas de vegetación intrincada y cortante como campos de espartillo.

Vive en zonas abiertas (inundables o inundadas), con pastizales y pajonales salpicados de isletas de monte fuerte y palmares de caranday.

La coloración de su pelaje oscila entre un anaranjado y rojizo de acuerdo a la región en que habita. En la zona de la cruz posee un área de largos pelos negros (crin), como así también este color esta en el hocico, la parte inferior de las manos y de las patas y una línea a lo largo del lomo. El pecho posee un área de color blanco como también la punta de la cola y el interior de los pabellones auriculares. La cabeza es alargada y las orejas son grandes. Los pelos del cuerpo son largos, de 9 a 10 cm, y en la región de la cruz miden hasta 15 cm.

Su longitud es de alrededor de 1,30 metros, a los que se debe sumar los entre 30 y 45 cm de la cola. Su alzada es de 75-90 cm y su peso oscila entre los 20-22 Kg en estado silvestre, con pesos máximos de 30 Kg en cautiverio. Es un animal corpulento y sus largas patas son una notable adaptación a su ambiente que le permite correr velozmente, avistar por encima de los altos pastizales y habitar terrenos bajos, poco firmes e inundables en la proximidad de cursos de agua como arroyos, cañadas, esteros y lagunas.

Su andar es típicamente desgarbado debido a la posición que adopta avanzando con mano y pata del mismo lado (amblar), dejando así las típicas huellas yuxtapuestas. Su pisada difiere notablemente de otros cánidos que comparten su hábitat. Este modo de caminar le permite lograr un gran ahorro de energía y recorrer grandes extensiones.

Son excelentes caminadores, recorriendo los mismos senderos de ida y de vuelta. No necesita correr dado las pequeñas presas que persigue, razón además de su pequeño volumen pectoral. Los individuos se comunican entre sí a través de largas distancias con un aullido ronco, de tono bajo y de alto alcance que le ha dado la fama de lobizón en muchas regiones.

Respecto a su dieta, en estado silvestre está descripto como un omnívoro generalista. Captura animales menores, entre ellos ranas, lagartos, lauchas de campo, peces de agua dulce, insectos y un buen número de aves, junto con sus huevos. También suele incluir en su dieta distintos frutos, gramíneas y raíces, y se cree que esto obedece al gran tamaño de sus molares. Además se ha comprobado que come animales muertos y carroña.

El Aguará Guazú conserva por largos períodos la misma pareja con quien acepta compartir el territorio. Su estación reproductiva se extiende de febrero a abril y los nacimientos se concentran entre los meses de julio y agosto con una camada promedio de dos crías, con excepciones de cinco en cautiverio, que nacen después de 60 a 65 días de gestación. El peso de los cachorros oscila entre los 350 y 450 gramos y al nacer tienen una coloración negruzca. Es común que el macho permanezca junto a la hembra durante el parto y que luego colabore con la alimentación y crianza de la camada.

El Aguará en peligro

Carcomido su ámbito original por el avance de las fronteras agropecuarias, el estatus de este animal resulta sombrío en la Argentina. Además de su captura, por lo general accidental o por temor infundado, este simpático cánido carga con el efecto negativo de una leyenda de origen europeo, que se ha arraigado en varias zonas de nuestro país como es la del "lobizón".

El Aguará Guazú es uno de los más bellos exponentes de nuestra fauna, pero acusado de atacar terneros y potrillos, infundadamente ya que sólo ocasionalmente habría capturado aves de corral, se ha fomentado su cacería indiscriminada. Además la alteración de su hábitat por la introducción de cultivos exóticos y las prácticas ganaderas intensivas, las forestaciones y las rutas asfálticas, lo han colocado en la lista negra de las especies en extinción.

El inofensivo y misterioso Aguará Guazú ha ido retrayendo, por todos los motivos expuestos, su área de dispersión. Si se extinguiera, no sólo desaparecería una valiosa especie, sino también la magia del paisaje nocturno del nordeste argentino. En las noches de luna llena ahora nada nos sobresaltará al recorrer los senderos.

Los pocos ejemplares que sobreviven hoy en día están en el este de Chaco y Formosa, en Corrientes y en el norte de Santa Fe. Si todavía existe en Misiones, Córdoba y sudeste de Santiago del Estero, su presencia es solamente relictual. Considerado una rareza, zoológicos y museos han contribuido, paradójicamente, a disminuir su número en el país.

8-OSO DE ANTEOJOS-Tremartos ornatus.

Su nombre se debe a que tiene dos manchas claras alrededor de los ojos que parecen un par de lentes. Es el único oso de América del Sur y se encuentra en gran peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat y a que son cazados por su carne y su piel. Se cree que sólo quedan unos 2.000 osos en todo su rango de distribución.

Habita en las zonas montañosas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Sus hábitos alimenticios son vegetarianos y come principalmente frutas y hojas jóvenes. Como son buenos trepadores pueden subir por el tronco de los árboles en busca de alimento. Su piel es de color negro, pesan entre 80 y 125 kg. Las hembras son por lo general un tercio más pequeñas que los machos.

Llegan a la madurez sexual a los 4 años. Las hembras dan a luz a una o dos crías que nacen muy pequeñas. El período de gestación es de 7 meses, pero se cree que tienen implantación retardada, es decir que según la oferta de alimento el feto se implanta rápido o con cierto retardo para que el pequeño nazca antes del pico máximo de oferta de frutas y tenga suficiente alimento. La cría se queda con la madre entre 6 y 8 meses, después de los cuales se vuelve independiente.


Ballena Franca Austral (eubaleana australis)

Este cetáceo de la clase de los mamíferos, fue declarado Monumento Natural por una ley nacional del gobierno argentino.

La ballena franca se identifica fácilmente por las callosidades que se forman en su cabeza y labios. Éstas, pobladas de crustáceos y parásitos dan al animal una fisonomía característica que permite identificar a los individuos con bastante exactitud. Científicos como Roger Payne han estado indentificando ejemplares desde 1970 mediante fotos aréas. Se calcula que hay por lo menos 700 animales individualizados. Se sabe así que las poblaciones del hemisferio norte y el hemisferio sur no se mezclan, aunque la ballena austral frecuenta los océanos Indico, Pacífico y Atlántico, desconciéndose sin embargo, su migración hacia la Antártida.

La especie carece de aleta dorsal en el lomo pero posee una aleta caudal que se distingue por su hendidura, la aleta sobresale un tiempo en la superficie al sumergirse. Su coloración es negra.

Fisiológicamente posee dos espiráculos o respiradores dorsales que le permiten exhalar el aire a través de un soplo o presión de los pulmones que pueden lanzar un chorro en forma de “V” que puede alcanzar hasta 3 m de altura.

La ballena franca, al igual que otros grandes cetáceos, tiene la costumbre de realizar espectaculares saltos sobre la superficie del mar. Se especula que estos saltos pueden ser parte de un código de comunicación, de una suerte de actividad lúdica o simplemente deshacerse de los parásitos que habitan sobre sus callosidades.

Los sonidos emitidos por las ballenas han sido registrados sistemáticamente y sus estudiosos estiman que el objetivo es la comunicación entre individuos y la ecolocación para evitar obstáculos y buscar alimentos.

El buceo de la ballena suele durar unos 4 o 5 minutos aunque pueden llegar a permanecer sumergidas 40 minutos en caso de peligro. Generalmente, no avanzan más allá de los 150 m de profundidad.

Hábitos y ciclo reproductivo

La ballena franca del sur se distribuye a lo largo de todo el Atlántico Sur, pero sus principales zonas de alimentación se ubican en cercanías de la Antártida. Para reproducirse buscan aguas tranquilas y más templadas. En la región patagónica, la zona por excelencia de reproducción de las ballenas francas es la Pensínsula de Valdés, que como resultado es un observatorio de características únicas, optimo para proteger y estudiar a esta increíble especie.

Entre fines de abril y principios de mayo, comienzan a llegar los primeros ejemplares a los golfos Nuevo y San Jorge, en la Península de Valdes, alcanzando su número máximo en septiembre/octubre, para desaparecer las últimas, hacia fines de diciembre. Durante todo este período, en el que se sucederán la copula, el parto y el cuidado del ballenato, las madres sobreviven gracias a una importante reserva adiposa, ya que su principal alimento, el plancton marino (krill}, no puede hallarse en éstas aguas. Solo disponen de algunas larvas de langosta del fondo marino, para recuperarse volverán al mar antártico en donde cosumirán una tonelada de krill por día.

El ballenato nace de cola (de otra forma se ahogaría durante el parto) y es llevado a la superfice inmediatamente por la madre. Suele haber cerca otra ballena, que ayuda en el parto, o simplemente ayuda evitando que se acerquen potenciales predadores. A partir del nacimiento, la madre y su cría se desplazaran juntos.La ballena juega con su cría golpeando rítmicamente el agua con su aleta caudal.

Al nacer, el ballenato pesa unas 5 toneladas que se duplican a la semana. Se alimenta de la leche materna muy rica en grasa, lo que le permite crecer a un ritmo de 3,5 cm por día. La cría de la ballena tiene una piel bastante clara que se va oscureciendo con el tiempo.

Las ballenas alcanzan su madurez sexual a los 8 o 9 años. Pueden llegar a vivir unos 50 años, teniendo una cría cada tres años, ya que la gestación dura un año y otro año más, la lactancia. Tal es la razón por la cual es tan lenta la recuperación de esta especie protegida desde 1937.

En la península de Valdés se han identificado más de 1.200 individuos, aunque solo un 15% de ellos vuelven una vez al año, especialmente, las madres con sus crías y algunos machos. Pero la población en la penísula de Valdés esta creciendo a un promedio anual de 7,5%.

Matanza de Ballenas

El nombre de ballena franca se debe a que antiguamente, los balleneros encontraron que estos animales eran muy fáciles de cazar. En efecto, nadan lentamente, a tan solo 3 km por hora si se están alimentando y quizá a 7 u 8 en sus migraciones. Es una especie pasiva y confiada y su cuerpo flota después de muerto, lo que resultaba muy propicio para la faena en alta mar. La enorme cantidad de grasa subcutánea, fueron el factor detonante para las matanzas que han llevado a esta especie al borde de la extinción.

Los balleneros, solían arponear primero a la cría para luego atacar a la madre se acercaba dócilmente desesperada para salvar a su prole.

Vascos, holandeses, británicos y noruegos se dedicaba a esta actividad comercial en los mares del ártico. Hacia el siglo XVII, la ballena franca del norte había sido prácticamente exterminada. La caza comenzó orientarse hacia otra especie de características similares, la ballena franca de Groenlandia.

A partir del siglo XIX, aparecen nuevas flotas de caza de origen ruso, japones y norteamericana. Como consecuencia de la evolución naval, es posible aparejar navios de 500 toneladas con 6 o 7 lanchas balleneras y 40 personas como tripulación. Mientras tanto, se descubre una nueva especie todavía no explotada y tan rentable como las cada vez mas escasa ballenas del hemisferio nore: la ballena franca austral.

Entre 1804 y 1817, se cazan unos doscientos mil animales. La navegación a vapor y el cañón arponero permitirán que el peligro se extinción se acelere notablemente por sobre los ciclos de reproducción. La captura indiscriminada continua hasta 1962, año en que se registra el escalofriante record de 66.000 animales muertos.

La protección de la especie

Se ha intentado proteger a la especie desde 1935. En 1946, delegados de 19 países acordaron en la Comisión Ballenera Internacional establecer zonas de reserva y limitar científicamente las capturas. Sin embargo, numerosas contradicciones y presiones internas en los países balleneros llevaron a que en 1982 se estableciera la prohibición total de la caza de ballenas a partir de 1986. Actualmente, la población mundial de ballenas se halla en lenta recuperación.

9-MONO MIRIKINA
Aotus azarai (Humboldt, 1811)

Otros nombres: Mono de noche, mono nocturno, mono buho. titi tigre.

Es el único mono nocturno del mundo. Tiene ojos grandes y una cara redonda. Es monógamo y vive en parejas o en familias en los bosques, palmeras y selvas de Chaco y Formosa. Durante el día permanece escondido dentro de los huecos de los árboles o entre la vegetación. Puede comenzar su actividad a ultimas horas del día y extenderlas hasta media mañana.

Casi nunca baja al suelo y puede desplazarse con enormes saltos. La cría nace entre Agosto y Octubre y permanece con sus padres por dos años. Al ser pequeño puede acceder a hojas y frutos vedados para el mono caraya, con quien suele compartir los territorios sin competir por el alimento. También come insectos y pequeños vertebrados.

Sus principales predadores naturales podrían ser las rapaces nocturnas como el Ñacurutu, o felinos como el ocelote o el puma.


Vulnerable.

El 15% de su área de distribución esta protegida en el Parque Nacional Pilcomayo en Formosa.
Problemas: El desmonte y la introducción de ganado aumentan la población de insectos que lo parasitan y enferman.
Ocasionalmente es capturado para ser vendido como mascota o animal de laboratorio.

10-OSO MELERO O TAMANDUA-Tamandua tetradactyla

Estado de conservación
Riesgo bajo (LC)
Clasificación científica
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Superorden: Xenarthra
Orden: Pilosa
Suborden: Vermilingua
Familia: Myrmecophagidae
Género: Tamandua
Especie: T. tetradactyla
Nombre binomial
Tamandua tetradactyla
Linnaeus, 1758

El oso mielero (Tamandua tetradactyla) es una especie de tamandúa de Sudamérica. Es un animal solitario, de nunerosos hábitats de selvas y de sabanas áridas. Se alimenta de hormigas, termitas y de abejas. Tiene fuertes quijadas que usa para romper nidos de insectos o para defenderse.

Habitat
El oso mielero se encuentra en Sudamérica desde Venezuela y Trinidad al norte de Argentina, sur de Brasil, Uruguay a elevaciones de 2000 msnm. Habita bosques húmedos y secos, selvas tropicales, sabanas, y montes. Gusta estar cerca de arroyos y ríos, especialmente donde abundan viñedos y epifitas (presumiblemente debido a que están sus presas en esas áreas).

Morfología y comportamiento

La cabeza y cuerpo oscilan entre 5 a 9 dm y la cola tiene entre 4 a 6 dm. Las variaciones individuales y geográficas observadas del oso mielero ha hecho de su descripción taxonómica una dificultad. Los especímenes del sudeste están "fuertemente manchados," con marcas negras de la espalda a la cola; las manchas más anchas las tienen cerca de la espalda . El resto del cuerpo puede ser beige, o pardo. Los del norte de Brasil y de Venezuela al oeste de los Andes son todo beige, pardo, o negro, o muy ligeramente manchado. Los osos mieleros poseen cuatro púas en sus manos y cinco en las extremidades posteriores. Para evitar pincharse sus palmas con las afiladas uñas, caminan con la parte posterior de sus manos. La parte inferior y el fin de la cola prensil son sin pelos. La trompa es larga y curvada con una apertura no mayor al diámetro de un lápiz, de donde la lengua está protrusa.

Las hembras de oso mielero tienen poliestro; se preñan generalmente en verano. La gestación oscila de 130 a 150 días y nace uno solo en primavera. Al nacer el joven oso no recuerda a sus padres; su piel varía de blanco a negro. Se afirma en el dorso de su madre por un periodo de tiempo y es depositado en una rama segura cuando su madre forrajea. Su vida en cautiverio puede alcanzar a 9 años y 6 meses.

El oso mielero es principalmente noctuido pero ocasionalmente activo diurno. Es común hallarlo en su nido durante el día en huecos de árboles o en cuevas de otros animales. Son solitarios. Se pueden comunicar cuando se buscan por celo y emitir un fétido olor por una glándula anal.

Come hormigas y termitas (formas arbóreas principalmente), que ubica por su esencia. Evita comer las hormigas que están protegidas por antialimentarios: fuertes químicos de defensa, tales como en las Ecitoninae y transportadores de hojas. Los osos mieleros, tal cual su nombre lo indica, gustan de la miel y de las abejas además de complementarlo con fruta y carne. Extraen a sus presas usando sus extremadamente fuertes garras para romper y abrir nidos y tomarlas con su elongada lengua (hasta 4 dm de longitud).

Estatus de conservación.

El osos mielero del sudeste de Brasil es listada en el CITES Appendix II.Están en importante regresión de población. Son matados por cazadores, con sus perros.A veces se los caza por los gruesos tendones de sus colas.

11-BOA CURIYU-unectes notaeus

Boa curiyú, anaconda amarilla

Estado de conservación
Riesgo bajo (LC)
Clasificación científica
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Reptilia
Orden: Squamata
Suborden: Serpentes
Familia: Boidae
Género: Eunectes
Especie: E. notaeus
Nombre binomial
Eunectes notaeus

La anaconda amarilla, boa curiyú (Eunectes notaeus), es una especie zoológica de anaconda, nativa de Sudamérica: Bolivia, Paraguay, Uruguay, oeste de Brasil, nordeste de Argentina. Es más pequeña que la conocida Eunectes murinus anaconda verde; alcanza un promedio de adulto de cerca de 3 m de largo. Su color de base es amarillo pardo con pintas y rosetas negras. Vive mayormente en hábitats acuáticos incluyendo charcas, margas, bancos en ríos y arroyos lentos. Su dieta: venado, cerdo salvaje, aves, grandes roedores, animales acuáticos como peces.

En áreas rurales de Argentina se pueden encontrar curiyús "domésticas" que viven sueltas dentro de las viveindas y galpones para combatir a roedores y sabandijas.

12-AGUILA HARPIA-Harpia harpyja

Águila harpía
Harpia harpyja

Clasificación científica
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Falconiformes
Familia: Accipitridae
Género: Harpia
Vieillot, 1816
Especie: H. harpyja
Nombre binomial
Harpia harpyja
(Linnaeus, 1758)

El águila harpía o simplemente harpía (Harpia harpyja) es un ave, perteneciente al orden de Falconiformes, familia Accipitridae, que vive en la zona neotropical. Es el águila más grande del Hemisferio Occidental y del Hemisferio Austral y la única del género Harpía. Su hábitat es el bosque lluvioso.
Se le llama también águila coronada aunque tal nombre es dado también a otras especies, en particular a la Stephanoaetus coronatus y a la Harpyhaliaetus coronatus.

Las dimensiones promedio de la hembra del águila harpía son 100 cm de largo, 200 cm de envergadura y peso de 9 kg. El macho tiene dimensiones más pequeñas (196 centímetros de envergadura y un peso aproximado de 8 kilos. El águila harpía es la segunda águila más grande del mundo, siendo superada en envergadura (distancia entre los extremos de las alas) solamente por el águila de Filipinas (Pithecophaga jefferyi), aunque generalmente la harpía es más robusta. Su plumaje es gris en la cabeza; negro en la espalda, parte superior de las alas y el pecho; y blanco en la parte inferior de las alas y el abdomen. La cola es negra con tres bandas grises. Tienen una cresta de plumas erectiles sobre su cabeza. El águila harpía posee un pico fuerte y garras que pueden alcanzar los 15 cm de largo. Pueden vivir incluso 40 años.

La edad reproductiva de esta águila harpía comienza a los 4/5 años. Construyen sus nidos con ramas y palos entrecruzados en las copas de árboles altos (20 a 40m aproximadamente). En estos nidos las hembras depositan de 1 a 2 huevos, y tiene una camada cada 2 o 3 años. Los huevos incubarán 56 días después.

Son animales depredadores, más exactamente: superpredadores. Sus presas favoritas son los mamíferos trepadores como monos, perezosos y coatíes. También se alimentan de reptiles (como iguanas verdes, serpientes) y otras aves. Pese a su porte tiene la habilidad de penetrar las frondas y espesos follajes para cazar a sus presas siendo uno de los animales proporcionalmente más fuertes del mundo (levanta y lleva en vuelo tres veces su propio peso). Su morfología está altamente adaptada al hábitat en el cual caza, en efecto sus alas proporcionalmente respecto a su tronco no son tan largas (lo que le permite volar ágilmente dentro de las copas densas de los árboles) aunque sí anchas, la cresta y corona de plumas además de señal fanérica tiene la función de redirigir los sonidos hacia sus oídos los cuales sumados a unos ojos de aguda vista preparados para la penumbra le permiten percibir rápidamente los menores movimientos de sus presas entre las espesas frondas.

Se extiende desde el Sureste de México, pasando por Centroamérica, hasta el Sureste de Brasil y el Norte de Argentina. Vive tanto en la Vertiente Atlántica como en la Pacífica.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la enlista en su libro rojo como una especie casi amenazada.

El águila harpía es el ave nacional de Panamá. En este país es protegido por instituciones como ANCON, ANAM y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales entre otras.

Toma su nombre de las harpías, monstruos mitad mujer mitad ave de la mitología griega.

Curiosidades

Curiosamente apareció en el debut, en enero de 2008, en el reverso de los billetes de 10 Bolívares Fuertes, acompañado en su anverso por el indígena más famoso de Venezuela el Cacique Guacaipuro, perteneciente a la familia del nuevo cono monetario de la República Bolivariana de Venezuela. En la página web del Banco Central de Venezuela, al hablar sobre este billete, indica que es la especie más grande de los accipítridos en Venezuela, y se encuentra distribuida al norte del Orinoco, y en los estados Carabobo, Aragua, Miranda y Distrito Capital.

En Venezuela solo queda una especie de esta aves y se encuentra ubicada en la zona montañosa de la población de El Palmar, Municipio Padre Chien del Esdato Bolívar.

También, es el ave nacional de la República de Panamá; en donde vive casi exclusivamente en las regiones forestales en la provincia del Darién.

13-MANATI-Trichechus

MANATI-VACA MARINA-SIRENA

Clasificación científica
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Orden: Sirenia
Familia: Trichechidae
Género: Trichechus

Los manatíes son mamíferos del orden Sirenia, de la familia Trichechidae, género Trichechus, también conocidos como vacas marinas. Son herbívoros que pasan la mayor parte de su tiempo buscando e ingiriendo las plantas ribereñas y del lecho marino de aguas poco profundas. La palabra "manatí" en la lengua indígena caribeña significa "con mamas". Su nombre científico proviene del vocablo latino Trichechus, que se refiere a los pequeños pelos o cerdas esparcidas sobre su cuerpo; y el vocablo manatus se refiere a la característica común de los mamíferos de amamantar a sus crías. Solamente la orca es su depredador natural

Los manatíes viven en aguas tanto dulces como saladas, cerca de las costas de América y África. La especie Trichechus senegalensis, habita las costas de África occidental; la T. inunguis, habita la costa este de América del Sur y los ríos de la Amazonia y una tercera, la T. manatus, habita las Antillas y ríos y estuarios de la cuenca del mar Caribe, especialmente Río Dulce, Guatemala. El manatí de Florida es considerado una subespecie (T. manatus latirostris) y el manatí antillano, que habita desde el norte hasta el noreste de sur América es considerado como la subespecie T. manatus manatus.

Más recientemente se ha descrito una cuarta especie de manatí: el manatí enano T. bernhandi. Es próxima al amazónico, más bien una probable subespecie, que sólo alcanza el 1,3 m de longitud. Tiene una distribución muy restringida, unos 120 km del curso del rio Aruainho, afluente del Aripuanii, habita en las aguas claras de corrientes rápidas y se alimenta en posición horizontal y no verticalmente como hace su pariente.

Los manatíes son herbívoros, y se alimentan de unos 60 tipos diferentes de plantas, como hojas de mangle o algas. Para ello usan el labio superior, que está dividido. Un manatí adulto puede comer normalmente hasta un 9% de su peso (unos 50 kg) al día. Los manatíes antillanos también comen peces de las redes.

La longitud del cuerpo alcanza entre 3 y 4,5 m, y el peso oscila entre 300 y 500 kg. El cuerpo es gris con intersticios rosados. Se distinguen de los dugongos por tener una cola aplanada horizontalmente en forma de espátula, en vez de forma de media luna. Cada 2 a 5 años la hembra da a luz una cría, la cual al nacer en promedio pesa 35 kg y mide de 9 a 12 dm de largo. La cría depende totalmente de su madre y permanece con ella por lo menos dos (2) años. Solamente la hembra se encarga de cuidar la cría, dándole leche hasta que sus dientes están bien formados para comer alimentos duros. Son adultos a los 4 años y pueden vivir hasta los 80. Han sido cazados, principalmente por su carne y su grasa, aunque en la actualidad son una especie protegida.

El manatí del Caribe es una especie en peligro de extinción. La expansión humana ha reducido su hábitat natural en muchas áreas, La Reserva del manatí, en Río Dulce, Guatemala, es tal vez uno de sus últimos santuarios, los manatíes ingieren sustancias tóxicas o metálicas mezcladas con los vegetales, la cacería indiscriminada redujo drásticamente la población y muchos manatíes han sido heridos por los botes de motor.

En el caso del manatí de Florida, debido a su distribución por encima de la línea del Trópico de Cáncer, se congregan con frecuencia cerca de fuentes artificiales de calor, como las plantas de energía atómica. Cuando hacen esto, dejan de migrar y se vuelven dependientes de esa fuente artificial de calor. Con el cierre o traslado de algunas fuentes de calor artificial se necesita calentar las aguas para evitar la desaparición de esas poblaciones de manatíes.

14-RINOCERONTE NEGRO-Diceros bicornis

Estado de conservación
Extinto en estado salvaje
Clasificación científica
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Perissodactyla
Familia: Rhinocerotidae
Género: Diceros
Especie: D. bicornis
Nombre binomial
Diceros bicornis
Linnaeus, 1758

El rinoceronte negro (Diceros bicornis) es una de las dos especies de rinocerontes que viven en la sabana africana, junto con el rinoceronte blanco (Ceratotherium simum). Se diferencia de éste en su menor tamaño (aunque, no obstante, llega a los 1.6 metros de altura y 1,500 kilos de peso, lo que lo convierte en el cuarto mamífero más grande de África por detrás del elefante africano, el rinoceronte blanco y el hipopótamo), su color gris ligeramente más oscuro y el labio en forma de pico prensil. Esta forma se debe a que se alimenta ramoneando las hojas de arbustos y en menor medida árboles bajos, mientras que el rinoceronte blanco come hierba del suelo y tiene un labio recto y ancho. Gracias a esta diferente dieta, estas dos especies, por lo demás de hábitos muy similares, pueden vivir en un mismo ecosistema.

El rinoceronte negro y la caza

El fenómeno de la carga causó sensación cuando en los siglos XIX y XX, los exploradores y cazadores europeos se adentraron en África y comenzaron a matar los rinocerontes por cientos.

La caza del rinoceronte se convirtió pronto en un deporte de riesgo cada vez más demandado por las élites de los países desarrollados, y entre los cazadores hubo personajes tan famosos como Theodore Roosevelt o Ernest Hemingway. Esta caza, unida a la persecución para surtir de cuernos a Oriente medio (donde todavía hoy se emplean para hacer el mango de dagas ceremoniales) y la medicina tradicional asiática, empujó irremisiblemente esta especie hacia la extinción.

En los años 60 se comenzó a protegerlo y se prohibió la caza y el comercio de cuernos de rinoceronte. Aun así, la caza furtiva continúa, a pesar de que en los parques nacionales africanos se sierra los cuernos a los ejemplares y los guardas suelen tener permiso para disparar sin aviso previo a los furtivos.La consanguineidad intenta evitarse mediante el intercambio de ejemplares entre distintos parques nacionales de diferentes países, entre otras medidas para preservar la especie.

15-CONDOR ANDINO -Vultur griphus

Las montañas de los Andes sudamericanos tienen un habitante de lujo: el cóndor andino, el ave rapaz más grande de la Tierra. Pero también se trata de una especie que ha sido diezmada y llevada al borde de la amenaza de extinción. Los cóndores andinos tienen, por supuesto, un nombre científico: Vultur Griphus. Y cuando tienen las alas abiertas en pleno vuelo pueden llegar a medir hasta tres metros de ancho.

Ficha Técnica

Nombre científico: Vultur griphus
Nombre vulgar: Cóndor andino
Orden: Falconiformes
Familia: Catártidos
Hábitat: es un habitante
característico de los Andes,
desde Venezuela hasta
Tierra del Fuego, en Argentina.

Hace algún tiempo estas aves abundaban en toda la Cordillera de Los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego. Pero su número fue decreciendo, principalmente porque han sido diezmados por los humanos e impactados por cambios en su hábitat.

El cóndor andino es un ave de carroña, al igual que su primo el cóndor californiano. Se alimenta también de crías recién nacidas de algunos animales de la zona. Cuando está en cautiverio, lejos de la amenaza de sus depredadores, puede vivir hasta 70 años.

La depredación colocó al cóndor andino en las listas de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres y en el libro rojo de la Unión Internacional para la Conservación (IUCN).

En la actualidad hay programas para la conservación del cóndor y para la repoblación de las cumbres andinas con esta especie.
Una navegación por Internet demuestra que esta empresa de conservación es popular: hay portales sobre el cóndor andino y numerosos sitios dedicados a describir la especie.